Vaca Muerta atraviesa un momento de alta producción en términos históricos, pero con señales de tensión que combinan factores laborales, económicos y de infraestructura.
Los recientes despidos en empresas operadoras y de servicios, sumados a conflictos sindicales y a la baja del precio internacional del crudo, reabrieron el debate sobre la sustentabilidad del ritmo de actividad en la cuenca neuquina.
Qué ocurre en Vaca Muerta
De acuerdo con ADNSUR. En la última semana, el Sindicato del Personal Jerárquico y Profesional del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa manifestó su rechazo a las desvinculaciones registradas en distintos yacimientos.
Basado en datos de la Secretaría de Energía de la Nación y de las propias operadoras, el gremio recordó que en junio de 2025 la producción interanual creció 16,2% en petróleo y 7,6% en gas, y que esos volúmenes “no justifican” las cesantías.
“No vamos a normalizar situaciones donde se da por sentado que al variar el precio internacional del crudo es normal que baje la actividad y se registren despidos”, sostuvo el secretario general Manuel Arévalo.
El malestar sindical no se limita a los jerárquicos. La semana pasada, el Sindicato de Petroleros Privados que conduce Marcelo Rucci había convocado a un paro en reclamo por despidos, que fue desactivado por una conciliación obligatoria de la secretaría de trabajo.
Al mismo tiempo, el gremio de Camioneros amenaza con paralizar la cuenca por la situación de los trabajadores de la arenera NRG, empresa que abastece de arena para fractura hidráulica a la industria.
El caso de NRG está vinculado a una caída de contratos con operadoras, en un contexto en el que el ritmo de fracturas y conexiones de pozos muestra señales de desaceleración.
Si bien el nivel de actividad continúa alto en comparación con años anteriores, fuentes del sector señalan que la producción diaria de crudo comienza a estabilizarse y que las exportaciones se ven afectadas por la baja de precios internacionales, que actualmente ronda los 70 dólares por barril para el crudo Medanito, frente a valores superiores a los 80 dólares que se registraban a comienzos de año.
La problematica de la infraestructura
A esta situación se suma la problemática de infraestructura. Los accidentes fatales ocurridos en agosto en rutas provinciales y nacionales que atraviesan la cuenca expusieron las limitaciones viales para sostener el movimiento de insumos, equipos y personal.
El tránsito pesado convive con el transporte particular en corredores como la Ruta Nacional 22 y las provinciales 7 y 51, donde los sindicatos y cámaras empresarias vienen reclamando obras de ampliación y mantenimiento.
En paralelo, el Gobierno Nacional busca sostener el nivel de inversiones, en un momento en el que proyectos como el oleoducto Vaca Muerta Sur y las terminales de Gas Natural Licuado en la costa atlántica requieren certidumbre laboral y logística.
Por otro, los gremios insisten en la necesidad de preservar el empleo local y evitar la incorporación de empresas y mano de obra foránea, mientras el mercado internacional marca precios más bajos que presionan sobre la rentabilidad de las operaciones.
El desarrollo de Vaca Muerta, que en la última década pasó de ser un proyecto incipiente a uno de los polos de producción de hidrocarburos más importantes del continente, ingresa así en una etapa donde la puja por el empleo, la competitividad y la infraestructura se entrelazan, configurando un mapa de tensiones que podría definir el rumbo del sector en los próximos meses.