Antes de convertirse en leyenda del Barcelona, Lionel Messi estuvo muy cerca de vestir la camiseta de River Plate. Una prueba a los 12 años en Núñez marcó un punto de inflexión en su carrera, aunque el destino tenía otros planes para el rosarino.
En el año 2000, Messi llegó a River junto a otro juvenil de Newell’s llamado Giménez. Entonces entrenador de inferiores del Millonario, la Pulga generó impacto inmediato: «Ya el primer día que lo vi me maravilló». Durante esa semana de prueba, el astro formó dupla ofensiva con Gonzalo Higuaín, con quien años después compartiría la selección argentina.
Las razones del fichaje fallido
A pesar del entusiasmo que generó, River no concretó su contratación. Las versiones sobre el motivo varían: desde el entorno familiar señalaron que el club no quiso hacerse cargo del tratamiento con hormonas de crecimiento, que en ese momento costaba alrededor de 900 dólares mensuales. El coordinador de inferiores había recomendado su fichaje después de verlo jugar, pero finalmente no se materializó.
El camino hacia Barcelona
Tras el paso fallido por River, Messi encontró en el Barcelona la oportunidad que necesitaba. El club catalán no solo lo incorporó a su cantera, sino que asumió los costos de su tratamiento médico. Este apoyo fue fundamental para el desarrollo del jugador, que luego se convertiría en el máximo ídolo del club y uno de los mejores futbolistas de la historia.
La anécdota queda como una curiosidad histórica que demuestra cómo los caminos del fútbol pueden cambiar radicalmente por decisiones aparentemente menores, pero con consecuencias eternas. Información extraída del medio C5N.