Vaca Muerta continúa consolidándose como el motor del sector energético argentino, superando los 500.000 barriles diarios y avanzando hacia el millón de cara al 2030.
La región se afirma como eje del shale y de la independencia energética nacional.
Según informó Más Energía, la producción de Vaca Muerta alcanzó los 529 mil barriles diarios de crudo, con un 96% proveniente del segmento no convencional. Este crecimiento reafirma el papel estratégico del shale neuquino en la independencia energética de Argentina, marcando un avance constante hacia el objetivo de un millón de barriles diarios hacia 2030.
Un salto productivo con desafíos de infraestructura
De acuerdo con Rystad Energy, la producción de petróleo se había mantenido en torno a los 440.000 barriles diarios desde noviembre de 2024. La incorporación de nueva capacidad permitió superar los 500.000 barriles diarios, destacándose la etapa final del proyecto Oldelval Duplicar en abril, que sumó 180.000 barriles diarios de capacidad de transporte.
Este aumento impulsó a los operadores a incrementar la extracción, pese a la necesidad de recurrir a importaciones de gas desde Bolivia durante el invierno. La producción de gas natural también creció: 195 millones de pies cúbicos diarios adicionales, con aportes significativos de YPF y Tecpetrol, compensando descensos en otros campos.
El papel estratégico de Vaca Muerta
Radhika Bansal, vicepresidenta de Upstream Research en Rystad Energy, remarcó que el shale neuquino se consolida como el corazón energético de Argentina. Proyectos como Southern Energy LNG y las expansiones de YPF proyectan alcanzar 8.000 millones de pies cúbicos de gas por día hacia 2030.
“La incógnita ya no es si Argentina logrará convertirse en exportador, sino qué tan rápido alcanzará esa meta”, afirmó Bansal. Los operadores regionales serán decisivos para mantener el ritmo de crecimiento y garantizar que Vaca Muerta siga siendo central en la ambición del país de convertirse en un exportador neto de energía.