Una investigación penal en Argentina, iniciada tras la intervención de una bebé gestada para una pareja alemana, revela una trama de casi 50 casos de gestación subrogada con indicios de trata de personas y la explotación de mujeres en situación de vulnerabilidad.
El detonante de esta investigación fue el caso de la bebé Ruby. Todo comenzó en un hospital de Buenos Aires, cuando una pareja alemana, Heike y Claude, acudió por un resfriado de la pequeña, quien entonces solo contaba con seis semanas de vida y documentos argentinos. La avanzada edad de la supuesta madre y su visible inseguridad en el manejo del bebé alertaron al personal médico, quien decidió contactar a la oficina de bienestar juvenil.
La bebé fue retenida por las autoridades, lo que derivó en que el caso se convirtiera en el «caso cero» de una investigación mucho más amplia. La pareja había pagado unos 50.000 euros a una agencia por el proceso.
Una Investigación que Revela un Negocio Millonario
La fiscalía argentina investiga casi 50 casos de gestación subrogada que estarían vinculados a la trata de personas. Las autoridades describen una «red criminal» que se aprovecha del deseo de parejas extranjeras de tener hijos, una trama que involucraría a clínicas, notarías y agencias especializadas. Verónica Toller, jefa del Comité para la Lucha contra la Trata de Personas, explicó a los medios alemanes el alcance de esta red. La investigación, reportada originalmente por la cadena NDR, detalla cómo se reclutaba específicamente a mujeres en situación económica desfavorable. Alejandra M., la madre subrogada de Ruby, admitió que «estaba difícil la situación y necesitaba reunir un dinero».
Vacíos Legales que Facilitan la Explotación
Este caso pone en evidencia los vacíos legales existentes tanto en Alemania como en Argentina. En Alemania, la gestación subrogada está prohibida, pero contratar estos servicios en el extranjero no es punible. En Argentina, la práctica no está explícitamente regulada, pero al prohibir la Constitución la venta de cuerpos, el Ministerio Público considera inconstitucional la gestación subrogada comercial. Los gestores de estas agencias operan en este limbo. Carlos Leiva, el gestor del caso Ruby, presumió ante los periodistas de haber «descubierto» Argentina para este negocio, afirmando: «Soy como Dios para ellos». Aunque niega que se trate de un contrato comercial, la investigación confirmó pagos en efectivo a la madre subrogada.
Bebés como Mercancía y una Red Sin Fronteras
La agencia para la que trabajaba Leiva, MAHRTA LLC, forma parte de una compleja red corporativa con sede en Delaware, EE.UU., conocida por albergar empresas fantasma. La pareja alemana contactó inicialmente con otra agencia, GAIA, con sede en Chipre, que les presentó el «Programa Argentina» en una feria de fertilidad. Esta falta de supervisión global convierte a los bebés en mercancía dentro de un negocio multimillonario sin control. Mientras, Ruby, que ya tiene casi dos años, vive con una madre de acogida, a la espera de que los tribunales decidan su futuro, en un limbo donde la maternidad legal recae, por ahora, en Alejandra M. Información extraída del medio DW.