La imagen del presidente Juan Román Riquelme en el palco de La Bombonera habló más que mil palabras.
Con los brazos cruzados, ceño fruncido y visiblemente contrariado, el mandatario xeneize mostró su descontento tras la inesperada derrota de Boca ante Belgrano, un resultado que complica seriamente las chances del club en la tabla anual.
El Gesto que se Volvió Viral
Según pudo reconstruir este medio a través de testimonios y videos, Riquelme permaneció impertérrito en el palco cuando el árbitro Pablo Dóvalo decretó el final del partido. Con Clemente Rodríguez y Mariano Herrón a su lado, el presidente se plantó con los brazos cruzados, caminó de un lado a otro y mostró un semblante claramente preocupado. Su reacción, aunque contenida -fiel a su estilo de perfil bajo-, no pasó desapercibida y rápidamente se viralizó en las redes sociales.
Un Resultado que Complica Todo
La derrota por 2-1 frente a Belgrano representa un duro golpe para las aspiraciones de Boca en la tabla anual. El equipo cayó al cuarto lugar, quedando momentáneamente fuera de la zona de clasificación a la Copa Libertadores 2026. Este revés llega en el peor momento, cuando solo restan cuatro fechas para definir los cupos internacionales y a solo semanas del superclásico contra River Plate del 9 de noviembre.
El Marco Emocional y el Cántico de la Hinchada
El contexto emocional era particularmente sensible tras el reciente fallecimiento de Miguel Ángel Russo, cuyo recuerdo estaba presente en las banderas del estadio. En medio de este clima, los hinchas comenzaron a entonar el cántico «contra River tenemos que ganar», mientras Riquelme, visiblemente afectado, se sentaba en el palco, se tapaba la boca para hablar con Herrón y mostraba su frustración con gestos contenidos pero elocuentes.
La reacción de Riquelme refleja la gravedad del momento que atraviesa Boca. Más allá del gesto contenido, su visible desazón en el palco deja en claro que la derrota no solo significa puntos perdidos, sino una complicación estratégica en la lucha por las copas internacionales y una presión adicional de cara al próximo superclásico, en un año marcado por la emotividad y las altas expectativas. Información extraída del medio TyC.