Tiflis, la capital de Georgia, amaneció bajo un fuerte operativo policial luego de una noche de violencia y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y miles de manifestantes que protestaban contra el partido gobernante, Sueño Georgiano.
Los disturbios se produjeron en medio de unas elecciones municipales marcadas por el boicot de la oposición.
El sábado, decenas de miles de ciudadanos salieron a las calles de Tiflis para rechazar las políticas del oficialismo, al que acusan de alejar al país de su aspiración de ingresar a la Unión Europea. Las manifestaciones, convocadas bajo el nombre de “Asamblea Nacional”, derivaron en graves incidentes cuando un grupo de manifestantes intentó irrumpir en el palacio presidencial.
La Policía respondió con cañones de agua y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, mientras la ciudad se sumía en el caos. Según Euronews , la fuerza pública mantuvo un importante despliegue en toda la capital durante la madrugada del domingo.
Acusaciones al gobierno y promesas europeas
Los opositores acusan al partido Sueño Georgiano de aplicar medidas autoritarias y de frustrar las aspiraciones europeístas del país. La ruptura de las conversaciones con la Unión Europea en 2024 generó una ola de malestar social, detenciones y denuncias de violencia institucional.
Por su parte, el primer ministro Irakli Kobakhidze defendió la postura oficial asegurando que el camino hacia la adhesión a la UE “sigue siendo firme e irreversible”, aunque responsabilizó a Bruselas por la falta de avances concretos.
Elecciones sin oposición y sin observadores internacionales
Ocho partidos opositores se negaron a participar en las elecciones municipales del sábado, argumentando falta de garantías democráticas. La votación se realizó en un clima de tensión, mientras que la Comisión Electoral Central afirmó que el proceso transcurrió sin mayores incidentes y que los resultados se conocerían en las próximas horas.
A diferencia de los comicios de 2021, esta vez no participaron observadores internacionales del Parlamento Europeo ni de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), lo que aumentó las sospechas de irregularidades.
Un país dividido y bajo presión
Las imágenes de enfrentamientos en Tiflis reflejan una Georgia cada vez más polarizada, donde la tensión entre las aspiraciones europeas y el control del gobierno amenaza con profundizar la crisis política. Activistas y figuras públicas, como la cantante Paata Burchuladze, llamaron a “devolver el poder al pueblo” y a reabrir el diálogo democrático.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela los acontecimientos, preocupada por el rumbo político de una nación que, pese a su historia de luchas por la libertad, parece estar retrocediendo en su camino hacia Europa.