El almirante Holsey dejará el Comando Sur mientras se intensifican tensiones con Venezuela y se estrechan lazos con Argentina.
El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó este jueves la renuncia del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur (SOUTHCOM), apenas once meses después de asumir uno de los cargos más estratégicos del aparato militar estadounidense. Su salida, prevista para diciembre, ocurre en un contexto de máxima tensión entre Washington y Caracas, y tras un acercamiento político y operativo con el gobierno de Javier Milei en Buenos Aires.
“Extendemos nuestro más profundo agradecimiento al almirante Holsey por más de 37 años de distinguido servicio a nuestra nación”, señaló Hegseth en un comunicado oficial.
Holsey, veterano condecorado de la Marina, había visitado Argentina en dos ocasiones durante 2025. En agosto, organizó la Conferencia Sudamericana de Defensa (SOUTHDEC) junto al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Xavier Isaac, y mantuvo reuniones bilaterales con el ministro de Defensa, Luis Petri. Su gestión apuntó a reforzar la cooperación marítima, la lucha contra el narcotráfico y la asistencia humanitaria regional, consolidando a Buenos Aires como aliado estratégico de Washington en el Cono Sur.
On behalf of the Department of War, we extend our deepest gratitude to Admiral Alvin Holsey for his more than 37 years of distinguished service to our nation as he plans to retire at year’s end. A native of Fort Valley, Georgia, Admiral Holsey has exemplified the highest…
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) October 16, 2025
Fricciones internas y misiones cuestionadas
Fuentes citadas por The New York Times y Reuters señalan diferencias de criterio entre Holsey y Hegseth sobre operaciones militares en el Caribe, especialmente ataques contra embarcaciones frente a Venezuela que el gobierno de Donald Trump considera parte de la “guerra contra el narcoterrorismo”. Desde septiembre, comandos estadounidenses destruyeron al menos cinco barcos vinculados al narcotráfico, provocando 27 muertes. Juristas y legisladores cuestionan la legalidad de estas acciones por carecer de autorización del Congreso y no ajustarse al derecho internacional humanitario.
El senador demócrata Jack Reed advirtió:
“La renuncia del almirante Holsey profundiza la sensación de inestabilidad en la cadena de mando y genera dudas sobre la conducción política del Pentágono. Llevar adelante operaciones de esta magnitud sin supervisión legislativa sería peligroso e imprudente”.
Reorganización en el Pentágono
La salida de Holsey se enmarca en un proceso más amplio de cambios en altos mandos desde la asunción de Pete Hegseth, que ha desplazado o forzado la retirada de una docena de oficiales, incluido el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Charles Q. Brown, y la jefa de Operaciones Navales, almirante Lisa Franchetti. Hegseth ha impulsado nuevos estándares de “disciplina y liderazgo” y una campaña contra lo que llama “la cultura woke en las Fuerzas Armadas”, reflejando un viraje ideológico hacia un control civil más verticalista sobre el estamento militar. Holsey representaba una figura profesional, pragmática y diplomática, distante del tono confrontativo actual de la conducción del Departamento de Guerra.
La sombra de Venezuela y la estrategia regional
El retiro del almirante ocurre en medio del despliegue de unos 10.000 efectivos estadounidenses, ocho buques de guerra y un submarino nuclear en el Caribe, mientras la Casa Blanca evalúa acciones encubiertas contra el régimen de Nicolás Maduro. Esta situación subraya la delicada posición de la región ante la política estadounidense y los desafíos que enfrenta la cooperación estratégica con aliados como Argentina, según Escenario Mundial.