Trump advirtió a Hamas sobre intervenir en Gaza; la amenaza llega tras el alto el fuego y el intercambio de rehenes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este jueves una contundente advertencia contra Hamas: “Si continúa asesinando gente en Gaza, no tendremos más remedio que entrar y matarlos”. Con esa frase, el mandatario volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de una intervención norteamericana en la Franja si el grupo islamista mantiene su accionar violento.
El jueves Trump añadió además que, si Hamas “no entrega las armas”, Estados Unidos “se las quitará”: “¿Cómo lo haremos? No tengo que explicarlo, pero si no acceden al desarme, nosotros los desarmaremos. Ellos saben que no estoy bromeando”, afirmó. El presidente insistió en que, de ser necesario, la intervención “ocurrirán rápido y quizás con violencia”.
Sus declaraciones se producen días después del inicio del alto el fuego que permitió el intercambio de rehenes y prisioneros entre Hamas e Israel, y en paralelo a mensajes públicos de oficiales estadounidenses exhortando a la milicia a deponer las armas.
Mensaje militar y contexto del alto el fuego
El jefe del Comando Central de Estados Unidos (Centcom), Brad Cooper, se expresó también en la red social X, y reclamó: “Instamos firmemente a Hamas a suspender de inmediato la violencia y los disparos contra civiles palestinos inocentes en Gaza, tanto en las zonas controladas por Hamas como en aquellas bajo protección de las (Fuerzas de Defensa de Israel) FDI, detrás de la Línea Amarilla”. Cooper agregó: “Esta es una oportunidad histórica para la paz. Hamas debería aprovecharla cesando completamente sus acciones, cumpliendo estrictamente con el plan de paz de 20 puntos del presidente Trump y desarmándose sin demora”. El militar sostuvo además que “siguen muy optimistas respecto al futuro de la paz en la región”.
Imágenes y denuncias que complican la tregua
Mientras la tregua había habilitado el intercambio de cuerpos y prisioneros, circularon videos en redes sociales que muestran ejecuciones de personas maniatadas en la ciudad de Gaza, en medio de enfrentamientos internos entre la policía de Hamas y milicias locales acusadas de colaborar con Israel.
El alto el fuego —primera fase de la propuesta de Trump para Gaza— contempla la cesación de ataques, la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, y la retirada parcial de tropas israelíes. La segunda fase propone la desmilitarización de Gaza, el despliegue de una fuerza internacional de estabilización y un plan de reconstrucción con apoyo de países árabes.
Sin embargo, el proceso quedó empañado por el manejo de los cadáveres: buena parte de los 90 cadáveres de palestinos entregados por Israel en el marco del alto el fuego presentaban signos de tortura y ejecuciones sumarias —ojos vendados, esposas, heridas de bala en la cabeza—, según testimonios de médicos.
Médicos del hospital Nasser, en la ciudad de Jan Yunis (sur de la Franja), que recibieron los cuerpos remitidos por la Cruz Roja, declararon que había “amplias pruebas de palizas y ejecuciones sumarias” y que no fue posible identificar ninguno de los restos.
La devolución de cadáveres por ambos bandos se transformó en un escollo para la implementación plena del alto el fuego: Israel anunció demoras en la entrega de ayuda humanitaria a Gaza debido a retrasos en la devolución de 28 cuerpos de rehenes israelíes que se cree fallecieron en la guerra, y sostuvo que uno de los cuerpos recibidos no coincidía con los de sus rehenes. Hamas, por su parte, aseguró que había devuelto todos los restos de rehenes muertos a los que tenía acceso, y el Ejército israelí confirmó a su vez que la Cruz Roja había recibido otros dos cadáveres en Gaza.
La tregua incluyó la entrega por parte de Hamas de los cuerpos de siete de los 28 rehenes muertos e identificados; Israel transfirió la devolución de los cadáveres de dos grupos de 45 palestinos muertos durante la contienda. El intercambio fue mediado por la Cruz Roja.
Qué está en juego: paz, desarme y reconstrucción
El intercambio de cuerpos y prisioneros, aunque fue celebrado como un paso inicial hacia la calma, puso en evidencia las dificultades prácticas y éticas del proceso de paz. Las denuncias sobre ejecuciones y torturas complican el clima de confianza necesario para avanzar hacia las siguientes etapas del plan de Trump, que incluyen desarme y despliegue internacional para estabilizar Gaza.
La firme advertencia de Trump y el reclamo militar de Centcom reflejan la presión internacional sobre Hamas para aprovechar la tregua y aceptar un proceso de desmilitarización que, según Estados Unidos, sería condición para la paz y la reconstrucción con apoyo regional.
Cierre: impacto de la advertencia de Trump sobre Hamas
La contundente declaración de Trump —“Si continúa asesinando gente en Gaza, no tendremos más remedio que entrar y matarlos”— subraya la gravedad del momento: la posibilidad de una intervención exterior se vuelve un factor central en las negociaciones y en la perspectiva de un futuro inmediato para Gaza. La evolución del alto el fuego, la verificación del trato a los cuerpos devueltos y la respuesta de Hamas al desarme marcarán si la región avanza hacia una paz parcial o, por el contrario, cae nuevamente en la violencia. Trump advirtió a Hamas y lo que venga a continuación será determinante para la estabilidad regional, según elDiarioAR.