La Casa Rosada busca evitar nuevas sesiones del Senado hasta el recambio legislativo de diciembre, generando tensión con la oposición.
El oficialismo pretende postergar el tratamiento de leyes sensibles, especialmente la que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
La estrategia oficial para cerrar el recinto
El Ejecutivo prefiere esperar la nueva conformación del Senado que asumirá el 10 de diciembre, a pesar de que la cámara actual podría convocar hasta dos sesiones más. Según analizaron fuentes de La Libertad Avanza a Infobae, existe preocupación porque «el Gobierno se equivoca» al rechazar toda negociación con legisladores que finalizan sus mandatos, lo que podría «lesionar el diálogo entre cúpulas».
La ley de DNU en el centro de la disputa
El oficialismo busca evitar que se sancione la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia, aprobada por el Senado en septiembre y modificada posteriormente por Diputados. La situación se complicó cuando el kirchnerismo firmó en disidencia el dictamen, generando sorpresa en todos los bloques. Para la oposición, la Casa Rosada «prefiere cerrar» con el Frente de Todos antes que negociar.
Las internas opositoras y los temas pendientes
Mientras el Frente de Todos muestra predisposición para acelerar temas demorados como la Defensora del Niño o las butacas para la Auditoría General, el radicalismo mantiene sus propias internas. El jefe de la UCR, Eduardo Vischi, pasó de aliado incondicial a crítico del Gobierno tras las elecciones provinciales, reflejando la volatilidad de los acuerdos políticos.
Con apenas tres semanas restantes del período ordinario, la tensión entre el Ejecutivo y el Senado marca un cierre de año complejo, donde la estrategia de confrontación podría afectar la futura convivencia legislativa incluso después del recambio de diciembre. Información extraída del medio Infobae.




