El Gobierno busca optimizar la gestión y mantener prestaciones para casi cinco millones de jubilados y pensionados.
El Gobierno nacional proyecta una reestructuración del PAMI para 2026, con el objetivo de contener el gasto y mejorar la eficiencia en la gestión de prestaciones. La obra social, que atiende a cerca de cinco millones de jubilados y pensionados, continuará registrando déficit, aunque se espera que la recuperación económica contribuya a equilibrar las cuentas.
Según indicaron desde la conducción del organismo, la meta es lograr autosustentabilidad sin afectar la cobertura de los afiliados. Sin embargo, reconocen que el equilibrio financiero aún depende de aportes directos del Tesoro Nacional. “El PAMI es un termómetro: cuando la actividad económica se resiente, se nota tanto en las prestaciones como en los ingresos”, explicaron autoridades del organismo.
Optimización de recursos y digitalización
Actualmente, el 80% del presupuesto se destina a prestaciones médicas y medicamentos. La política de limitar la cobertura completa de fármacos se mantendrá, pero se busca reducir costos mediante licitaciones más eficientes y menos intermediarios en la compra de insumos clave, como hemodinamia, pañales y medicamentos. El nuevo esquema de entrega domiciliaria de pañales podría generar un ahorro estimado de hasta $5.000 millones anuales.
Además, se prevé una mayor digitalización de trámites y centralización de procesos en la sede principal del PAMI, aunque la adopción de canales electrónicos aún es limitada entre los afiliados.
Desafíos en hospitales y prestaciones
A pesar de las reformas, los reclamos de prestadores y hospitales continúan por la falta de fondos e insumos. Centros como el Hospital Español han registrado faltantes de materiales básicos, situación replicada en otros hospitales vinculados al organismo. El plan también incluye la transferencia de hospitales nacionales a sistemas provinciales, como el Hospital De la Baxada en Paraná y el Hospital del Bicentenario en Ituzaingó.
Hacia un PAMI sostenible
El desafío central para 2026 será mantener la calidad de las prestaciones sin incrementar el déficit. El Gobierno busca contener gastos, mejorar procesos y fortalecer la imagen del PAMI, evitando la percepción de discrecionalidad política que marcó etapas anteriores.




