Octubre no solo trajo un triple récord histórico en la producción de petróleo, sino también un avance trascendental: la exitosa expansión de la frontera productiva de Vaca Muerta hacia la provincia de Río Negro, marcando un nuevo rumbo para la industria energética argentina.
Según los datos oficiales de octubre, la actividad en Vaca Muerta catapultó a la industria a niveles sin precedentes. La formación neuquina alcanzó un promedio de 567.500 barriles de petróleo por día, impulsando dos hitos más: la producción total de Neuquén llegó a 587.190 barriles diarios, y la producción nacional batió un récord histórico de 118 años al alcanzar los 859.500 barriles por día. Esto significa que dos de cada tres barriles extraídos en el país ahora provienen del shale de Vaca Muerta.
El cambio de juego en Río Negro
Detrás de los números récord, un hecho quizás más transformador pasó con menos ruido mediático. La empresa Phoenix Global Resources puso en producción su primer pad de cuatro pozos en el área Confluencia Sur, Río Negro. Según la información original reportada por Rio Negro, uno de estos pozos supera los 2.000 barriles diarios. En conjunto con su área vecina, Confluencia Norte, la producción de Phoenix ya representa casi el 30% del total de la provincia, demostrando el enorme potencial de Vaca Muerta en suelo rionegrino.
Corriendo la frontera este de la formación
Este desarrollo es un verdadero «game changer». Logró correr la frontera este de Vaca Muerta, abriendo un horizonte que hasta hace una década los mapas geológicos descartaban. Este éxito allana el camino para otras áreas cercanas ya asignadas, como Cinco Saltos Norte y Loma Guadalosa, que ahora ven un futuro mucho más prometedor para la exploración y producción.
Un crudo pesado para las refinerías
Un dato crucial que acompaña esta expansión es la calidad del crudo encontrado en este nuevo borde de la cuenca. A diferencia del petróleo liviano típico del corazón de Vaca Muerta, el de Río Negro es más pesado, con una densidad de alrededor de 25 grados API. Esta característica es una excelente noticia para las refinerías locales, que necesitan este tipo de crudo para mezclar y poder producir más gasoil, un combustible crítico para la economía.
Los récords de producción confirman el presente pujante de Vaca Muerta, pero la expansión exitosa hacia Río Negro asegura que su impacto y desarrollo tienen un camino de crecimiento aún por explorar, consolidando a la Argentina como una potencia energética regional.




