Cargill advierte que un mayor calado podría transformar la logística exportadora.
La necesidad de mejorar la eficiencia logística volvió a instalarse en la agenda agroindustrial. En el marco de Conectagro, evento organizado por Bayer, Fernando García Cozzi —gerente de Originación para Latinoamérica de Cargill— analizó los desafíos que enfrenta el sistema exportador argentino y aclaró cuál fue realmente la posición de la compañía frente al caso Vicentin. Según información difundida por valor agregado agro, el directivo expuso qué cambios podrían mejorar la competitividad del productor local.
Más profundidad, menos barcos: el ajuste que podría cambiar el flujo del comercio
García Cozzi explicó que el país opera con un intenso tráfico de buques debido a su perfil exportador. Sin embargo, señaló que una modificación técnica podría alterar de manera significativa ese escenario:
“Si aumentás el calado cinco pies, podés cargar más mercadería en cada barco”, detalló.
Hoy muchos barcos deben completar carga en puertos más profundos fuera del país. De avanzar en el dragado, el directivo ejemplificó:
“En lugar de necesitar seis barcos, podrías necesitar cinco para mover la misma mercadería. Si cargás más volumen por barco, necesitás menos barcos”.
Esto reduciría costos logísticos, aliviaría el tránsito sobre el río y permitiría aprovechar mejor los picos productivos si Argentina vuelve a expandir su cosecha.
Competitividad del productor, una condición clave
Para Cargill, la discusión sobre si es prioritario mejorar el tren o aumentar el calado tiene una lectura más amplia: todo impacto positivo recae en el productor.
“Somos tomadores de precio. Cuanto más eficiente seas, mayor es el precio que recibe el productor”, sostuvo García Cozzi.
A mayor rentabilidad, agregó, mayor incentivo para expandir la producción. De ese equilibrio depende también la salud comercial de las empresas exportadoras.
Capacidad ociosa: la molienda como ejemplo estructural
El ejecutivo aportó un dato que refleja las tensiones del sector: Argentina mantiene una capacidad de molienda de soja mayor que su cosecha actual.
“La industria se adelantó invirtiendo para un país de 60 o 65 millones de toneladas, pero nos quedamos en 50. Lo mismo que en 2010”, afirmó.
La comparación con Brasil fue contundente: allí, la capacidad instalada equivale a un tercio de su cosecha. En Argentina, en cambio, la apuesta industrial llegó antes de que la producción creciera al ritmo previsto.
Caso Vicentin: la aclaración de Cargill
Ante consultas reiteradas, García Cozzi fue categórico respecto del rol de Cargill en la crisis de Vicentin.
“No tomamos ownership de Vicentin. Nunca estuvo en la mesa de discusión”, aseguró.
Explicó que la compañía únicamente acompañó una propuesta que consideraban beneficiosa para toda la cadena. “No apoyamos económicamente, sino desde la comercialización y acercando volumen. Fue un apoyo asociativo para que la solución funcione”, señaló.
El objetivo, dijo, fue sostener la estructura productiva:
“Era importante para los productores, para la Argentina y para los trabajadores. No le hacía bien a nadie que esa planta cierre”, concluyó.




