La comunidad internacional recibió con alivio y esperanza la noticia del alto el fuego firmado este sábado entre Tailandia y Camboya.
Tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la Unión Europea (UE) emitieron comunicados celebrando el acuerdo, que pone fin a tres semanas de intensos combates en la frontera común que dejaron un centenar de muertos y cerca de 700,000 personas desplazadas.
Según DW. Este cese de hostilidades marca un punto de inflexión tras el recrudecimiento de un conflicto histórico que amenazaba con desestabilizar la región del sudeste asiático.
El llamado internacional a la paz y la buena fe
La Unión Europea no solo celebró la firma, sino que instó a ambas naciones a aplicar el acuerdo «de buena fe». En un comunicado, el Servicio de Acción Exterior del bloque comunitario agradeció además el «papel positivo» desempeñado por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en la mediación y mostró su disposición a ofrecer «todo el apoyo necesario» a Tailandia y Camboya.
Por su parte, la ONU expresó que el acuerdo «abre el camino hacia la paz». El organismo manifestó su disposición para colaborar en la consolidación de esta tregua, destacando la oportunidad que representa para estabilizar la región y atender la grave crisis humanitaria generada.
Los detalles del acuerdo y el largo conflicto de fondo
El acuerdo, firmado por los ministros de Defensa Tea Seiha (Camboya) y Nattaphon Narkphanit (Tailandia), entró en vigor el sábado a las 12:00 hora local (05:00 GMT). Entre sus puntos clave, establece un cese inmediato de los ataques, el compromiso de evitar provocaciones y la garantía de un retorno seguro para las personas desplazadas.
Este conflicto fronterizo tiene raíces que se remontan a más de un siglo, originado en disputas territoriales heredadas de la época colonial francesa. El punto central de la controversia es la soberanía sobre el templo de Preah Vihear, un santuario hindú del siglo XI, cuya propiedad fue adjudicada a Camboya por la Corte Internacional de Justicia en 1962, aunque el fallo no zanjó por completo la disputa sobre el territorio circundante. Las tensiones se han reactivado periódicamente, siendo los enfrentamientos de 2008 y la escalada de 2025 algunos de los episodios más graves.
Un futuro condicionado por la voluntad política
Aunque el alto el fuego es un paso fundamental, su durabilidad dependerá de la voluntad política de ambos gobiernos. Este no es el primer intento de paz en el año; un cese de hostilidades acordado en julio, con mediación del entonces presidente estadounidense Donald Trump, se quebró en diciembre.
La comunidad internacional ha puesto el foco en la necesidad de una implementación sincera. Como declaró el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, la prioridad ahora debe ser garantizar protección y asistencia humanitaria para los cientos de miles de afectados, allanando el camino para una paz duradera.




