Se trata de “Papillón”, un ejemplar macho juvenil marcado en octubre de 2014. Estuvo en el mar durante 6 meses y regresó al Golfo Nuevo en las cercanías de Puerto Madryn hace pocos días. El proyecto responde a recomendaciones de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). El Gobierno del Chubut participa a través de los Ministerios de Desarrollo Territorial y Sectores Productivos; y de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable; así como la Secretaría de Turismo y Áreas Protegidas.
El Gobierno de la Provincia del Chubut aprobó el año pasado la realización de un proyecto de investigación para el seguimiento satelital de las poblaciones de Ballena Franca Austral de Península Valdés y, en el inicio de esta temporada, se pudo certificar el itinerario completo de un ejemplar, desde su partida de aguas chubutenses hasta su regreso, días atrás.
Durante la temporada en que las ballenas francas (Eubalaena australis) visitan las aguas de Península Valdés, en Chubut, para reproducirse y criar sus ballenatos, se llevó adelante esta primera experiencia para implantar dispositivos que permiten su seguimiento satelital.
El proyecto formó parte de una actividad conjunta del Ministerio de Desarrollo Territorial y Sectores Productivos, desde la Dirección de Flora y Fauna, en coordinación con el Ministerio de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable y la Secretaría de Turismo y Áreas Protegidas. El objetivo es generar mayor información sobre las posibles rutas migratorias y los espacios oceánicos utilizados como áreas de alimentación.
Información generada
Los cinco ejemplares a los que se les colocaron los transmisores muestran una diversidad considerable en sus recorridos. Dos de ellos dejaron de enviar datos cuando las ballenas estaban en aguas de la Islas Georgias del Sur, un área que se cree es una de las principales zonas de alimentación para esta población. Las otras tres ballenas pasaron tiempo en el borde del talud continental.
El macho joven nombrado “Papillón” registró la trayectoria más larga de todas las ballenas marcadas, y se mantuvo todo el tiempo cerca del borde de la plataforma continental argentina, a unas 300 millas de Península Valdés, durante los 6 meses que estuvo en mar abierto.
En este mes de mayo, el dispositivo satelital indicó que “Papillón” comenzó su regreso a las aguas del Golfo Nuevo, a las que arribó la semana pasada.
Esta información es sumamente valiosa, dado que permite conocer, por primera vez, el recorrido migratorio completo de un ejemplar de esta especie desde una temporada (2014) a la otra (2015).
El proyecto responde a recomendaciones de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), en la cual la Argentina cumple un rol fundamental, desarrollando un Plan de Manejo para la Conservación (CMP) de la Ballena Franca Austral.
La iniciativa es posible gracias al trabajo conjunto de varias organizaciones: Wildlife Conservation Society, el Instituto Aqualie de Brasil, la Fundación Patagonia Natural, la National Oceanic and Atmospheric Agency (NOAA) de EEUU, el Instituto de Conservación de Ballenas, Ocean Alliance, la Universidad de California Davis en EEUU y la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Además cuenta con la asistencia de seguridad en el agua de la Prefectura Naval Argentina, mientras que el Gobierno de la Provincia de Chubut aprobó la realización del proyecto y actúa a través de la Dirección de Fauna y Flora Silvestre dependiente del Ministerio de Desarrollo Territorial y Sectores Productivos, el Ministerio de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable y la Secretaría de Turismo y Áreas Protegidas.