Hernán Reyes, expresidente del centro de estudiantes de la Escuela N 793 de Trelew, expresó que sufre bullying de parte de autoridades del colegio y de sus compañeros por exigir la aparición con vida de Maldonado y la libertad de Facundo Jones Huala, además de insultos y hostigamientos homofóbicos.
Hernán Reyes, expresidente del centro de estudiantes de la Escuela N 793 de Trelew, expresó que sufre bullying de parte de autoridades del colegio y de sus compañeros por exigir la aparición con vida de Maldonado y la libertad de Facundo Jones Huala, además de insultos y hostigamientos homofóbicos.
La grave denuncia de Hernán Reyes estuvo circulando por las redes sociales en las últimas semanas. Incluso fue uno de los oradores de la multitudinaria marcha del primero de septiembre exigiendo la aparición con vida de Santiago Maldonado y la libertad al lonko Facundo Jones Huala. En su discurso denunció que autoridades de su escuela le obligaron a retirar afiches sobre el tema.
En diálogo con Prosa Urgente, el joven estudiante manifestó que hace aproximadamente tres años que sufre hostigamiento por su orientación sexual, pero que esta situación se profundizó a partir que fue elegido por sus compañeros presidente del centro de estudiantes a mediados del año pasado. Su mandato finalizó el 11 de agosto pasado.
Ese último día decidió pegar carteles referidos a Maldonado y Jones Huala, pero cuando termina el recreo se le acerca el vicedirector de la escuela ubicada en el barrio Moreyra 3, le habla y lo escolta hacia Preceptoría. “Cuando voy entrando estaban preceptores, profesores. Ahí me dijeron que no podía pegar esos carteles porque yo dirigía el centro de estudiantes y le estaba dando como un movimiento particular porque estaba militando para un partido político y estaba siendo manipulado”, denuncia.
Hernán se vio obligado a retirar los afiches. Pero la gravedad de la situación se profundizó a partir que algunos compañeros comenzaron a hacerle bullying sobre Maldonado y Jones Huala. Además, varios profesores le hicieron comentarios despectivos. “¿Te volviste mapuche, se la vas a chupar a Santiago?” fueron algunos de los insultos homofóbicos que recibió el joven. También denuncia que le intentaron golpearlo dos veces por hablar de Santiago Maldonado.
El joven detalla que el primer conflicto surgió cuando desde el centro de estudiantes plantearon que la escuela debería volver a la orientación de Humanidades. Actualmente es de Educación Física. Expresa a que partir de entonces “los directivos comenzaron a pasar por los cursos a hablar de nosotros y no contra el centro estudiante sino individualizándome a mí, haciendo que mis compañeros se pusieran en contra”. Desde el centro de estudiantes también se exigía por las condiciones de seguridad e higiene del establecimiento, cuyo director es Alberto López.
El estudiante describe que los hostigamientos y la persecución política de las autoridades se profundizaron. Dice que la esposa del director, quien se desempeña como secretaria de la escuela, según el joven, le gritó en los pasillos “Hernán dejá de vender humo”, en referencia a la lucha por cambiar la orientación curricular.
Actualmente siente que “tiene las miradas clavadas en la nuca, además de sufrir insultos. Lograron esto de fomentar el odio a altos niveles y ahora como que de pasar de ser un ejemplo al que respetaban, me siento muy vulnerable adentro de la escuela también por los profesores”.
Hernán denuncia que, además, le tocó sufrir hostigamiento homofóbico por parte de un docente. Describe que un profesor lo encontró haciéndole cariño a un perro y le dijo “pará de darle besos a ese perro que lo vas a hacer trolo”. También denuncia discriminación por pintarse las uñas y que los porteros le dieron chocolatada con detergente.
Frente a esta gravísima situación se le consulto qué hacían las autoridades del establecimiento al respecto, y respondió que le dicen “vos tenés una fuerte depresión, por eso es que buscás tener conflictos con los profesores” y que él es “el único problema de la escuela”.
Hernán le relata a Prosa Urgente que le mencionó a sus compañeros “que se iba a cambiar de escuela porque ya no soporta tanta violencia y vinieron a abrazarme un montón de gente. Se siente el apoyo y también la violencia en ambos niveles”. Subraya el acompañamiento de algunos profesores de su colegio, de la Federación Universitaria Patagónica y centros de estudiantes de la Universidad de la Patagonia.
Por Iván Marín
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