Un total de 14,3 millones de chilenos están convocados este domingo a las urnas para elegir su presidente de los próximos cuatro años en la segunda vuelta de una elección de la que nadie se atreve a adelantar un resultado.
Según los expertos y analistas, la votación será muy estrecha entre el ex presidente (2010-2014) Sebastián Piñera, candidato de la derechista coalición Chile Vamos y el senador de la oficialista Fuerza de la Mayoría Alejandro Guillier.
En la primera ronda, el pasado 19 de noviembre, Piñera fue el ganador entre ocho candidatos, con el 36,66 % de los votos y Guillier segundo, con el 22,68 %, en una jornada en la que participó un 46,7 % del padrón electoral, unos 6,7 millones de personas.
El resultado supuso un traspié para Piñera, a quien las encuestas daban por amplio ganador con más del 40% de los votos, sin faltar quienes aventuraron que no necesitaría una segunda ronda para ser elegido.
En las últimas semanas, ambos candidatos han hecho grandes esfuerzos por atraer el voto de candidatos que resultaron derrotados en la primera ronda, aunque según los expertos, Piñera tiene mejores posibilidades mientras mayor sea la abstención, mientras una mayor participación favorecerá a Guillier.
De acuerdo con los medios locales, Piñera aseguró hasta ahora el apoyo de los votantes de José Antonio Kast, un ultraconservador que obtuvo un 8,0 % en noviembre, con votos de nostálgicos de la dictadura de Augusto Pinochet y de diversas organizaciones de militares retirados.
También lo apoyan algunas facciones de la Democracia Cristiana y seguidores del senador Manuel José Ossandón, que fue su rival en las primarias de la derecha, el pasado julio, cuando obtuvo unos 300.000 votos.
En tanto, Guillier terminó por atraer fríos apoyos de diversos movimientos y partidos del Frente Amplio, que con la periodista Beatriz Sánchez como candidata obtuvo 1.300.000 votos en noviembre y eligió una veintena de parlamentarios.
También lo está apoyado oficialmente la Democracia Cristiana, que con su candidata Carolina Goic obtuvo un 5,88 % en noviembre, y el Partido Progresista, cuyo candidato, Marco Enríquez- Ominami, alcanzó un 5,72 % en la primera ronda.
Las mesas deben funcionar diez horas continuas, entre las 8 y las 18. Los escrutinios son públicos, el presidente de mesa debe cantar a viva voz lo que marca cada papeleta y los partidos y candidatos tienen apoderados que pueden objetar votos o defenderse de las objeciones de los otros.
El sistema parece engorroso pero en la práctica resulta rápido y eficaz. El Servicio Electoral anunció que entregará un primer boletín de resultados a las 19.30, con el 20 % de las mesas escrutadas. El segundo informe, con el 50 %, se emitirá una hora después y el tercero, con el 90 %, a las 21.30.
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