Israel lanzó anoche el mayor ataque contra posiciones iraníes en Siria desde el inicio del conflicto en ese país y mató a tres personas en el marco de una escalada de violencia que provocó la reacción y el llamado a la calma de las principales potencias, informaron autoridades y activistas.
Israel dijo que el bombardeo de sus aviones fue lanzado como represalia a la caída de dos misiles iraníes en los Altos del Golán, y sucedió un día después de que Estados Unidos anunció su salida del pacto nuclear firmado entre las potencias e Irán en 2015, una decisión que fue apoyada por el gobierno israelí.
El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que debería negociarse un nuevo acuerdo que limite aún más no sólo las actividades nucleares de Irán sino también su programa de misiles y su papel en la crisis de Medio Oriente, como la de Siria.
El Ejército sirio dijo que tres personas murieron en los ataques y que las defensas antiaéreas interceptaron la mayor parte de los misiles israelíes, que sin embargo lograron destruir una estación de radar y un depósito de municiones.
La agencia de noticias estatal siria SANA dijo que los bombardeos ocurrieron en los alrededores de Damasco, en la provincia central de Homs y también en el sur del país, en las provincias de Dera’a y Al Quneitra, limítrofes al Golán ocupado por Israel.
La agencia mostró fotografías y videos nocturnos en los que supuestamente se ve el lanzamiento de cohetes de las defensas antiaéreas.
La escalada comenzó anoche, cuando la línea de defensa israelí en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado parcialmente por Israel desde 1967, fue atacada por unos 20 cohetes.
El Ejército israelí acusó del ataque a la «fuerza iraní Al Quds», la unidad de elite de la Guardia Revolucionaria de Irán, que pelea en la guerra en Siria del lado del gobierno del presidente Bashar al Assad.
Como represalia, Israel destruyó los lugares desde donde fueron disparados los cohetes y a instalaciones de los servicios de inteligencia y de logística iraníes, en una de las mayores operaciones militares de los últimos años.
«Hemos atacado casi todas las infraestructuras iraníes en Siria, y no deben olvidar el refrán ‘si a nosotros nos cae la lluvia, sobre ellos caerá una tormenta'», dijo el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman.
«Las reglas del juego han cambiado» sostuvo Yuli Edelstein, presidente del Parlamento israelí antes de añadir: «No toleraremos ninguna amenaza a la seguridad de nuestros ciudadanos y no aceptaremos el afianzamiento de las fuerzas iraníes hostiles en una distancia cercana».
Ni autoridades ni medios sirios dieron cifras de víctimas por el ataque ni mostraron imágenes de sus consecuencias.
La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que 23 personas murieron en los bombardeos israelíes, informó la agencia de noticias EFE.
Entre los muertos hubo cinco integrantes de fuerzas regulares sirias, entre ellos un oficial, y otros 18 efectivos sirios y de otras nacionalidades, agregó la ONG, con sede en Londres y afín a la oposición siria.
La magnitud y el momento del ataque provocaron la reacción de la comunidad internacional.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, llamaron a la calma y la contención.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia -el principal aliado militar de Siria-, Mijail Bogdanov, afirmó que su país tiene «buenos contactos con todas las partes (involucradas) y estamos haciendo un llamado a la contención».