Luis Caputo, presidente del Banco Central, y su vice, Gustavo Cañonero, habrían conseguido este miércoles un primer cambio respecto del programa acordado con el FMI. Así, funcionarios del Fondo y autoridades del BCRA convinieron una ampliación del monto máximo de uso de reservas internacionales para contener el dólar.
Ayer el mercado mayorista vio cómo el dólar trepaba 25 centavos impulsado por la mayor demanda de cobertura. Al ver que el crédito Repo que negociaba el Banco Central con bancos privados para fortalecer las reservas -que en los últimos 30 días perdieron u$s6.233 millones-, bancos y fondos de inversión se anticiparon pasándose a moneda fuerte.
Puntualmente la incapacidad para llegar a un cierre del Repo incrementó las dudas sobre la viabilidad de la macroeconomía argentina en el corto plazo, lo que disparó el riesgo país a los 619 puntos, la marca más alta en los últimos 3 años.
De los 2.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional había autorizado al Banco Central a utilizar del primer monto que le giraron al país, Sturzenegger hizo uso rápidamente de 1.300 millones y su sucesor, desembolsó otros 400 millones, por lo que el margen restante era escaso.
Los argumentos que esgrimieron Caputo y Cañonero para convencer a los técnicos de Christine Lagarde fueron dos: primero, que es muy riesgoso pedirle al Banco Central que desarme la bola de nieve de Lebacs sin usar reservas internacionales para contener al dólar y sin que se dispare la inflación.
El segundo planteo fue que el Repo implicaba secar la plaza para el endeudamiento que podía tomar el Tesoro. Y así lo entendió el FMI, quien, a cambio de la concesión respecto de la flexibilización del uso de las reservas internacionales, exigió al Banco Central que diera de baja el Repo.
De hecho, según LPO, este miércoles el Tesoro debió pagar una tasa de interés del 4,99% anual en dólares para renovar por 182 días 430 millones de los 800 millones de dólares de Letes que vencen esta semana.
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