El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva salió este sábado por primera vez de la cárcel en la que está preso por corrupción desde abril de 2018: lo autorizó la Justicia para ir al entierro de su nieto Arthur, que murió este viernes a los 7 por meningitis.
Lula, de 73 años, abordó un helicóptero en las instalaciones de la Policía Federal de Curitiba, donde purga su condena, para ser trasladado hasta el aeropuerto de Bacacheri y de ahí rumbo a San Pablo en un avión de la gobernación del estado de Paraná.
Con traje oscuro, sin corbata y cabellos totalmente blancos, al exjefe de Estado lo movilizaron en medio de un intenso dispositivo de seguridad y estuvo escoltado de cerca por 3 agentes de la Policía Federal.
“Lula está muy triste. Dice que debería estar prohibido que un padre entierre a su hijo y que un abuelo entierre a su nieto.”
El sepelio del chiquito, que era 1 de los 6 nietos de Lula, se programó en Sao Bernardo do Campo, ubicado en el área metropolitana paulista. Es el mismo cementerio donde enterraron a Marisa Leticia Rocco, la esposa del exmandatario que murió en febrero de 2017.
El proceso mediante el cual se autorizó la salida de prisión está protegido por el sigilo y hasta sus abogados se comprometieron a no divulgar ningún detalle, con el fin de impedir que los seguidores promuevan alguna manifestación que ponga en riesgo la seguridad de la operación.
La jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, aceptó la solicitud que hizo la defensa para liberarlo provisionalmente con base en la Ley de Ejecución Penal, que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.
Arthur Araujo Lula da Silva murió este viernes en un hospital de San Pablo, en el que fue ingresado poco antes víctima de meningitis.
Su fallecimiento ocurrió un mes después de que muriera el hermano mayor del expresidente por un tipo raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos.
En ese caso la Justicia solo lo autorizó a ir a una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva, conocido como Vavá, ya había sido sepultado. Lula rechazó el permiso y permaneció en su celda.
La petición fue negada porque la Policía Federal argumentó problemas logísticos para su traslado y para garantizarle la seguridad en medio del sepelio. En diciembre tampoco le dieron el OK para ir al entierro de su amigo Luis Carlos Seixas.
En los últimos 2 años Lula padeció 4 pérdidas dolorosas: su esposa, su hermano mayor, un gran amigo y ahora un nieto.
Lula terminó en la cárcel en abril de 2018 tras recibir una condena a 12 años en segunda instancia, por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso vinculado al gigantesco escándalo por los desvíos de la petrolera estatal Petrobras.
El mes pasado lo condenaron por segunda vez, también por corrupción: le dieron 12 años y 11 meses de cárcel por beneficiarse con las reformas millonarias que 3 constructoras realizaron en una casa de campo que había sido cedida a su familia para descansar.
Lula acumula 8 causas en la Justicia, incluidas las 2 por las que fue condenado. Todas están vinculadas a la corrupción.
Fuentes: Clarín, EFE y AFP. AEZ