Gran preocupación genera el posible cierre de la aceitera por suba de costos y baja rentabilidad. La información da cuenta de que luego de entrar en un Procedimiento de Crisis seguiría con el biodiésel pero dejará de procesar soja y alimentos balanceados.
Desde el mes de marzo en el sector se especulaba con la posibilidad de un inminente cierre de la aceitera, ubicada en la localidad de Frías, Santiago del Estero, el grupo tucumano Lucci presentó ante la justicia comercial la apertura del (PPC) y podría sobrevivir una parte, aunque de todos modos despedirá a 117 de sus 200 empleados.
En la firma confirmaron que la planta industrial seguirá operando sólo con 83 empleados que serán destinados a la unidad de producción de biodiesel y dejará de operar el segmento dedicado a la molienda de soja y la producción de alimentos balanceados.
Las razones
El incremento de los costos de producción junto a la quita del diferencial arancelario del 3% que había entre el poroto de soja y los subproductos. Eso produjo el cambio: desde ahora la empresa va a operar como compradora de aceite de soja que luego procesarán para convertirlo en biodiésel.
La gran preocupación reside en la pérdida de puestos de trabajo. Al respecto, se informó que en las próximas semanas extrabajadores, gremio y la empresa se reunirán para intentar llegar a un acuerdo.
Desde el gremio aceitero advierten que la empresa ofrece mediante el Procedimiento Preventivo de Crisis el pago del 50% de las correspondientes indemnizaciones, en cuotas porque alega que está ante una situación económica endeble.
El año pasado, la Secretaría de Energía le redujo el cupo de provisión de biodiésel, por lo que la firma recurrió a la Justicia y obtuvo un amparo que le permite seguir operando en los niveles anteriores, pero de todos modos existe preocupación también por el futuro de la compañía, ya que no hay certeza de que con este achicamiento pueda sobrevivir a los problemas financieros que presenta la empresa.
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