Testigos del juicio oral por la causa “Embrujo” dieron cuenta de los pagos que realizaron algunos de los imputados para las compras de materiales y gastos de construcción de la casa que Diego Correa poseía en Playa Unión en donde además se levantaron tres departamentos.
En el inicio de la tercera jornada del juicio oral y público por la causa “Embrujo”, el primero en declarar fue Mario Nahuelcheo, un investigador de la Unidad Anticorrupción que creó el procurador Jorge Miquelarena cuando en el año 2017 se comenzaron a denunciar distintos hechos presuntamente ilícitos vinculados con funcionarios provinciales y fondos públicos. El testigo realizó tareas operativas acerca del movimiento de los imputados que culminaron en detenciones y el desbaratamiento de una presunta asociación ilícita que hoy tiene a 12 personas sentadas en el banquillo de los acusados.
Nahuelcheo dio cuenta de los movimientos de los integrantes de la asociación ilícita que se investiga, los vehículos que utilizaban, los domicilios particulares que utilizaban como sede de las empresas que habían creado, todo en el marco de la tarea de campo de la investigación que coordinaban los fiscales generales Omar Rodríguez y Alex Williams.
El testigo ratificó las acciones descriptas en la segunda jornada del juicio por parte de Juan Carlos Núñez y ante una pregunta puntual del querellante Eduardo Hualpa, manifestó haberse “sorprendido” cuando los imputados se percataron que tenían sus teléfonos intervenidos al punto tal de conocer los nombres y documentos de los investigadores y que además “apuntaban” al procurador general Jorge L. Miquelarena.
La provisión de los materiales
El segundo en declarar en la jornada de este jueves fue Juan “pichón” Moreira, el propietario del corralón VS Materiales con sede en la ciudad de Trelew. Dio cuenta de las ventas de materiales de la construcción que le realizó a Diego Correa para la edificación de su casa en Playa Unión y los tres dúplex en el terreno lindante, a través de las empresas Dual Core y Sepat. “Para nosotros era una cuenta corriente normal de cualquier persona que construye una vivienda”, dijo Moreira. En el juicio reconoció la documentación de su empresa que acredita las cuentas corrientes que lo vinculan con Correa en carácter de cliente.
Los dichos de Moreira fueron ratificados por Laura Díaz, empleada administrativa de VS Materiales que tenía contacto directo con el imputado Diego Correa que pagaba el retiro de materiales “en dinero en efectivo que traía en una mochila y si el monto era importante, con el dinero envasado al vacío. Muy pocas veces pagaba con cheques”, indicó. “Del año 2014 al momento del pedido de la fiscalía que pidió el movimiento de dinero, fueron aproximadamente 1.800.000 pesos”, destacó. Según la testigo también los pagos que se cancelaban eran por las empresas Dual Core y en algunos casos en nombre del ex gobernador Mario Das Neves al que –indicó- “nunca vi”. Ante preguntas de los defensores, la testigo dijo que “el pago en efectivo por montos importantes es normal”.
“Nos están investigando”
Otro de los testigos convocados fue Valdomiro Beltrán un albañil domiciliado en Rawson que fue contratado para la construcción de la casa y los dúplex que construyó Diego Correa en Playa Unión, bajo la supervisión del maestro mayor de obras ahora imputado, Jorge Godoy. Dijo que los materiales eran provistos por la empresa VS Materiales de Trelew, además de las relaciones que tenía con “Tato” Ramón y con Diego Correa al que le presenté “el presupuesto de los costos de la construcción de la casa”. Dijo que Correa iba muy pocas veces a la construcción, en algunas oportunidades “con Luters, su pareja y una mujer que creo era su secretaria”. Destacó que “los pagos me los realizaban Godoy o Correa, siempre en efectivo”.
Beltrán fue citado por los fiscales en febrero del año 2018. Esta convocatorio de la Justicia se la comentó a Correa por lo que días después se realizó una reunión. Fue en la casa de Godoy en donde además, en presencia de Luters, le anunciaron la suspensión de las obras “porque nos están investigando, pero por lo que te debemos no te preocupes”, le dijeron. Un mes después se producirían las detenciones, los allanamientos y los secuestros de documentación, vehículos, pesos, dólares y euros.