El primer ministro británico, Boris Johnson, está en el centro de una investigación por presunta conducta indebida durante su mandato como alcalde de Londres, que su entorno ha denunciado de maniobra «claramente política».
El caso ha sido remitido por la Autoridad del Gran Londres (GLA, por sus siglas en inglés) a la Oficina Independiente en Conducta Policial (IOPC), que gestiona las quejas más graves sobre los servicios del orden, incluido Scotland Yard, cuya responsabilidad recae en la alcaldía de Londres.
La denuncia se deriva de una investigación de The Sunday Times, publicada el 22 de septiembre, que desveló la presunta influencia de Johnson en subvenciones y ventajas en viajes oficiales de promoción concedidas a la empresaria y exmodelo estadounidense, Jennifer Arcuri.
El dominical sugiere que el entonces alcalde de Londres y la fundadora de Innotech y otras firmas tecnológicas mantuvieron una relación personal, que Johnson ocultó a la GLA.
El primer ministro ha señalado que actuó con «completa corrección» en los ocho años que estuvo al frente de Londres, de 2008 a 2016.
La investigación llega en un momento de gran tensión política, con los partidos de la oposición ultimando una moción de censura contra el Gobierno Johnson u otra acción que prevenga un Brexit sin acuerdo con la Unión Europea el 31 de octubre.
La sombra de la corrupción pública coincide además con la apertura, el domingo 29, del primer congreso del Partido Conservador con Johnson en el timón.
La GLA explica en su remisión del caso que la agencia de promoción fundada por el alcalde subvencionó a Innotech con 11.500 libras (unos 13.000 euros al cambio actual) en 2013 y 2014.
Se refiere también a la inclusión de Arcury en misiones comerciales al extranjero tras la presunta intervención del entonces alcalde de Londres, entre otras posibles infracciones del código ético en un puesto oficial, así lo reseña Sputnik.