Los sindicatos mantienen hace nueve días una protesta contra el proyecto oficial de reforma previsional.
El Gobierno francés busca puntos de negociación con los sindicatos para poder desactivar la huelga contra su proyecto de reforma previsional, que mantiene parcialmente paralizado al país, sobre todo los transportes públicos de las grandes ciudades.
Mientras numerosos miembros del Ejecutivo recorren el país para explicar directamente a los ciudadanos los puntos claves de su plan, se multiplican los llamamientos al diálogo y la petición de que reactiven los transportes, sobre todo, de cara a las vacaciones de Navidad.
La secretaria de Estado de Economía, Agnès Pannier-Runacher, aseguró hoy que hay numerosos puntos de su reforma sobre los que se puede negociar, en particular la bautizada como «edad de equilibrio» para la jubilación, fijada por el Gobierno en 64 años (actualmente es de 62 años).
Precisamente ese es el punto que más oposición ha despertado en el frente sindical, que lo considera, de facto, un retraso de la edad mínima de jubilación.
De hecho, el proyecto prevé que aquellos que quieran jubilarse antes de esa edad perderán parte de su pensión y quienes decidan prolongar su vida laboral verán aumentada su remuneración.
Esa edad de 64 años «es negociable, es solo una propuesta y nuestra puerta está abierta», señaló Pannier-Runacher en la cadena de televisión BFM TV.
Ese puede ser el eje con el que el Ejecutivo pueda entrar en contacto con los sindicatos, al menos con los más reformistas, como la CFDT, mayoritario en el sector privado, cuyos responsables ya aseguraron que es precisamente el retraso de la edad de jubilación lo que les hace rechazar el proyecto, informó el diario Le Parisien.
Más complejo parece el diálogo con otros sindicatos, como la CGT, que no se conforma con retirar ese punto de la reforma y exige la supresión completa de la misma.
Este sindicato, mayoritario en el sector de los transportes públicos, defiende los regímenes especiales que tienen esos trabajadores, que el Gobierno quiere igualar con el resto de los empleados.
El primer ministro, Edouard Philippe, ya ha establecido un calendario de negociaciones con los sindicatos la semana próxima, pero parece poco probable que obtenga avances antes del próximo martes, cuando están convocadas manifestaciones en todo el país a petición de la totalidad de las centrales obreras, analizó la agencia de noticias EFE.
Esa fecha aparece como el punto clave para poder desactivar la huelga antes de navidades, puesto que medirá la fuerza real de los sindicatos en este envite con el Ejecutivo.
Si el Gobierno cede en la edad mínima de jubilación, los sindicatos reformistas pueden abrir la puerta a aceptar el resto de las medidas y aislar a los más radicales, como la CGT.
Entretanto, el país aparece por noveno día parcialmente bloqueado, con los transportes públicos casi desiertos en las grandes ciudades, sobre todo en París, largas colas en las pocas estaciones que funcionan y una circulación más densa de coches de lo que corresponde a un sábado.
Philippe lanzó un llamamiento para que los paros finalicen antes de las vacaciones de Navidad, pero los sindicatos consideran que la pelota está en el tejado del Ejecutivo, a quien exigen retirar su reforma, informó Télam.