El embajador en Estados Unidos atribuyó a las políticas de endeudamiento de los años anteriores, la situación en la que se encuentra la Argentina y por la cual debe negociar la reestructuración de sus pasivas.
El embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, resaltó nuevamente hoy el apoyo del FMI a la Argentina en materia de reestructuración de la deuda externa, pero advirtió que «las circunstancias de la negociación seguirán siendo difíciles» debido a «la irresponsable política de endeudamiento de los pasados años».
«Los errores de años no se resolverán en semanas, pero nuestro país ha dado un paso más en el camino hacia solución que resulte a la vez sostenible y compatible con las necesidades del pueblo argentino», enfatizó Argüello.
No obstante, advirtió que «las circunstancias de la negociación seguirán siendo difíciles» y aclaró que «la irresponsable política de endeudamiento de los pasados años redujeron los márgenes de autonomía de nuestro país e imponen hoy la secuencia y los actores con quien deben llevarse adelante las negociaciones».
El diplomático destacó «el apoyo político del organismo respecto del diagnóstico y el camino elegido por el nuevo gobierno argentino y la declaración de insostenibilidad sobre la deuda externa argentina».
Ello, dijo, «coincide con los objetivos y prioridades de política trazados por el nuevo gobierno, esto es atender la dramática situación social producida por la crisis económica, al tiempo que se realizan importantes esfuerzos en pos de estabilizar la economía y se busca una solución sustentable al problema de la deuda».
«El apoyo político del organismo es el resultado de una estrategia explícita del nuevo gobierno argentino, que buscó acercar posiciones con los principales países miembros del directorio del Fondo Monetario», sostuvo en un artículo publicado en Infobae.
Remarcó las gestiones del presidente Alberto Fernández en busca de apoyo de las potencias mundiales y dijo que «el involucramiento del FMI en la negociación es -bajo cualquier punto de vista- una condición impuesta por el abrumador proceso de endeudamiento de la Argentina».
Añadió que lo dicho por el Fondo sobre «la insustentabilidad de la deuda implica para el organismo un cambio en su mirada. En la última revisión realizada en julio de 2019 al acuerdo firmado con la Argentina, el staff técnico del FMI catalogó a la deuda argentina como ‘sustentable pero no con alta probabilidad'».
Esa declaración -amplió- «constituye un paso indispensable para iniciar las conversaciones preliminares con el FMI respecto de la propuesta que el gobierno argentino se propone presentar a los acreedores privados en el mes de marzo. Aunque los cronogramas de vencimientos de la deuda ubican como protagonista al FMI recién hacia el año 2021, su rol como acreedor privilegiado implica que su participación en las negociaciones con acreedores privados sea un requisito ineludible», informó Télam.