Jhovana Camacho hace tres años perdió a su marido en un accidente de tránsito en Oruro, Bolivia, y quedó sola con sus cuatro hijos pequeños de 11, 9, 7 y 5 años a los que cría con un pago de 600 pesos por día cuando cuida a una anciana dos veces a la semana.
El IPV le había otorgado una casa en Restinga Alí luego de que el temporal del 2017 le llevara todo en el Moure y cuando se estaba por mudar se la usurparon. Denunció expresiones xenófobas y actos de discriminación por parte de los ocupas y en la comisaría de Km 8 le dijeron que deben esperar una resolución de Fiscalía para actuar. Pero en la Justicia están de paro.
Jhovana Camacho hace tres años perdió a su marido en un accidente de tránsito en Oruro, Bolivia. En 2017 también la tormenta de Comodoro le llevó su precaria vivienda del barrio Moure en donde quedó viviendo con sus cuatro hijos menores a los que mantiene con los 600 pesos que gana dos veces a la semana cuando cuida a una anciana.
Jhovana es de nacionalidad boliviana y llegó a Comodoro Rivadavia en 2010. Siete años más tarde se quedaría con lo puesto y fueron sus vecinos los que la ayudaron a apuntalar nuevamente las chapas con maderas para preservar un techo que le permitiera quedar a cubierto junto con sus pequeños.
La emergencia habitacional de Jhovana se enciende en cada lluvia porque el nivel del canal que llega de Cañadón Las Quintas crece y se lleva todo a su paso. Su vivienda está al borde de ese abismo.
Ante su drama, el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) de Chubut le entregó una vivienda en Restinga Alí. Según confiesa, le pidieron desde la Municipalidad que no abandonara por completo la vivienda precaria del Moure hasta que no avanzara la obra de demolición de la zona.
Es que en ese lugar se realizarán obras hídricas y si ella abandonaba la construcción alguien la ocuparía y ello podría generar inconvenientes en los trabajos que ya se demoraron en demasía a partir de la desidia del gobierno de Mauricio Macri.
Jhovana pidió ayuda para cuidar ambas casas y empezó a pagar las boletas de los servicios. Cuando menos se lo imaginó, el jueves pasado le usurparon la vivienda que ocupaba en Km 8.
UNA PAREJA ATEMORIZANTE
“Es una pareja que el jueves entró; abrieron la puerta con una barreta y doblaron la puerta de adelante. Un vecino me avisó. Hice la denuncia en la comisaría de Km 8, constataron que estaba ocupada y no me dieron ningún resultado” dijo Jhovana a El Patagónico.
Incluso denunció que el martes llegó con su reclamo al Ministerio Público Fiscal y que en la mesa de entradas le dijeron que no podían darle curso a su caso porque estaban de paro.
“Los que ocuparon le dijeron a la Policía que no nos veían; que no íbamos. Yo en ningún momento la descuidé… yo hasta pagué los servicios” dijo Jhovana que mostró tanto la denuncia, como las boletas de pago de servicios y el documento de adjudicación de la vivienda.
“La Policía me dice que la respuesta me la tiene que dar Fiscalía” dijo Jhovana que espera que le recuperen la vivienda. Además, siente temor porque algunos vecinos le contaron de comentarios xenófobos y de discriminación por parte de los ilegales, así como de amenazas que habrían hecho trascender hacia ella si insistía en reclamar lo que le pertenecía.
“Ojalá que me escuchen porque soy una mujer sola. Los que ocupan la casa no saben nada de mi situación. Me dicen que soy extranjera y que esas viviendas les corresponden a los argentinos; dicen que yo tengo una casa de dos pisos, un comercio y una camioneta y nada de eso es cierto” dijo Jhovana.
Un grupo de la comunidad boliviana se movilizó al interiorizarse de la injusticia que padece la mujer y crearon un grupo de WhatsApp donde manifiestan su confianza en que la Justicia tome cartas en el asunto y Jhovana recupere la vivienda. De lo contrario ellos mismos tomarán medidas, advierten.