En una votación histórica, el Senado de Estados Unidos absolvió al presidente Donald Trump en el juicio político iniciado por la oposición demócrata para destituirlo por el Ucraniagate, el peor escándalo de su presidencia. La votación dividida le permitirá a Trump concluir su mandato y buscar su reelección, luego de haber sido acusado de presionar a un gobierno extranjero para que investigara a sus rivales políticos para favorecer su triunfo.
El juicio político a Trump profundizó las divisiones en Estados Unidos y entre republicanos y demócratas en Washington. Los demócratas acusaron a Trump de abusar del poder de la presidencia para favorecer su reelección al presionar al gobierno de Volodomir Zelensky de Ucrania a que investigara a Joe Biden, uno de sus rivales políticos, y también por intentar bloquear la investigación del Congreso.
Para la oposición, Trump abusó del poder de la Casa Blanca, violó la constitución y trató de corromper la democracia. Los republicanos se alinearon detrás de Trump y lo blindaron, al impedir que testificaran nuevos testigos o se presentaran nuevas evidencias en el juicio en el Senado.
La absolución de Trump estaba descontada desde el inicio del impeachment, el tercer juicio político en la historia de Estados Unidos. Trump atacó desde el primer día todo el proceso, al considerarlo una «farsa», una «caza de brujas», y un «golpe de estado» orquestado por los demócratas para deshacer su triunfo de 2016.
Pero la votación final en el Senado ofreció una notable sorpresa: Mitt Romney, excandidato presidencial republicano en 2012 y senador por el estado de Utah, declaró culpable a Trump del principal cargo en su contra en el juicio político, «abuso de poder». La votación final terminó con 52 votos declarando a Trump inocente, y 48, culpable. Romney se sumó a toda la bancada demócrata.
«La grave pregunta que la constitución le pide a los senadores que respondan es si el presidente cometió un acto tan extremo y atroz que alcanza el nivel de un alto crimen y un delito. Sí, lo hizo», dijo Romney en el Senado, antes de la votación. «Los motivos del presidente son personales y políticos. En consecuencia, el presidente es culpable de un terrible abuso de la confianza pública», fustigó.