El estado de San Pablo registró el martes la primera muerte por coronavirus en Brasil y el gobernador de Río de Janeiro decretó restricciones al ingreso de personas desde otros distritos en los que exista transmisión autóctona del virus, en una nueva jornada de pérdidas para el real, la moneda del país, y en la que aumentó el número de empresas privadas y dependencias públicas que otorgaron permisos a sus empleados para trabajar desde sus casas.
El fallecido es un hombre de 62 años que estaba internado en una clínica privada y padecía diabetes e hipertensión, pero no se divulgó inmediatamente si había viajado al exterior ni dónde se contagió por el nuevo coronavirus.
Su muerte fue anunciada por el gobierno de San Pablo, el estado con más casos positivos en el país y donde las clases fueron suspendidas esta semana.
El presidente Jair Bolsonaro, en tanto, se sometió a un nuevo test por coronavirus tras informar la semana pasada que una primera prueba le había dado negativa.
Fuentes oficiales explicaron que, una vez tomadas las muestras necesarias, el mandatario se dirigió al Palacio presidencial de Planalto para continuar con sus actividades habituales.
Según el último reporte del Ministerio de Salud hay 234 casos confirmados en Brasil, pero la contabilidad de los positivos reportados por las secretarías de salud de los estados indica que superan los 300. Según el gobierno de San Pablo, el brote de coronavirus durará hasta cinco meses.
En la mayor ciudad de Brasil hay restricciones a la circulación de personas, por lo que, a diferencia de la semana pasada, medios masivos de transporte como el metro estaban vacíos. En Río, el gobernador Wilson Witzel también lanzó medidas para reducir la circulación de personas, imponiendo restricciones en el transporte público.
En San Pablo, también, fueron registrados motines en al menos cinco prisiones y fugas de 834 detenidos, de los cuales 517 fueron recapturados por la Policía Militar. Las rebeliones comenzaron cuando las autoridades suspendieron las salidas temporarias de 34.000 presos para evitar contagios.
“Tenemos que disminuir la contaminación de la población carcelaria por coronavirus”, dijo a TV Globo el secretario de Administración Penitenciaria de San Pablo, Nivaldo Restivo. “No sabíamos cómo ellos volverían sin un control sanitario. Eso podría provocar una proliferación de la enfermedad en las cárceles”, agregó, al explicar los motivos de la suspensión.
Witzel restringió el ingreso de autobuses a Río desde distritos con transmisión autóctona como San Pablo y Espírito Santo. “Estamos haciendo un esfuerzo de guerra”, dijo el gobernador.