El Gobierno italiano ha firmado un nuevo decreto por el que prorroga al menos hasta el 8 de marzo, el cierre de comercios, museos y escuelas en los 11 municipios más afectados por el coronavirus, en las regiones de Lombardía y Véneto, considerados «zona roja».
El Ejecutivo italiano ha dividido al país en tres zonas: la roja, la más castigada y que comprende estos once municipios; la amarilla, que incluye el resto de localidades de Lombardía, Véneto y Emilia Romaña, tres regiones que son las que más casos acumulan y finalmente el resto del territorio nacional para el que se han dispuesto otras medidas.
El Ejecutivo mantiene aislada la «zona roja», en la que viven unas 50.000 personas, donde se prohíbe el acceso o la salida, se mantienen suspendidos eventos de cualquier tipo, las escuelas seguirán cerradas, igual que los museos, institutos culturales y comercios.
Las oficinas públicas y las demás empresas mantendrán interrumpida su habitual actividad, excepto aquellas que desarrollen una labor esencial y estrictamente necesaria, y el servicio de transportes no funcionará por el momento.
Veto a concentraciones
En la zona amarilla, sin embargo, se mantienen cancelados los eventos deportivos y el resto de competiciones que aglutinen a masa de gente, pero se permite que estas se celebren a puerta cerrada.
La apertura de lugares de culto estará condicionada a la adopción de medidas de prevención para evitar aglomeraciones y los museos podrán abrir, siempre que garanticen que el número de personas que accede será limitado y dentro de unas cuotas.
Las escuelas estarán cerradas; los bares y restaurantes podrán abrir siempre que sus clientes respeten entre ellos la distancia de un metro, y habrá una limitación para el acceso de familiares y visitantes a los hospitales.
En el resto del país se exigirá que los edificios de la administración pública y el resto de locales abiertos al público dispongan de soluciones desinfectantes para la higiene de las manos; los alcaldes promoverán la difusión de información en locales comerciales y las empresas de transporte público adoptarán iniciativas extraordinarias para prevenir la propagación del COVID-19.