Lo que más que le preocupa a Blanca Sánchez, una vendedora de jugos en el norte de la capital mexicana, es no poder salir a buscarse la vida. Lleva una semana en cuarentena luego que las autoridades decretaran una emergencia sanitaria que tiene a millones en sus casas como medida preventiva para evita un acelerado contagio de la enfermedad.
“No sé cómo podré sobrevivir de esta, ya no podré salir a la calle a vender, voy a perder a mis clientes que siempre venían en las mañanas o en la tarde para tomarse un jugo”, dice afligida.
Pero desde Palacio Nacional el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador intentó este domingo calmar los ánimos de aquellos que, como Blanca Sánchez, temen quedarse sin sus ingresos y sin empleo durante el tiempo que dure la contingencia.
“Vamos a rescatar al pueblo, que esto también que se vaya entendiendo”, es lo que ha dicho el mandatario sobre su propuesta que buscará beneficiar a 22 millones de personas, incluidos los que se encuentran en la economía informal, a través de los programas de bienestar. Programas que serán financiados con los ahorros del fondo de estabilización de ingresos presupuestarios, con recursos guardados en fideicomisos y también con el dinero que se obtenga de las subastas de bienes incautados a la delincuencia organizada en el país.
Según un análisis del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag, por sus siglas), la economía informal en México representa el 25% del Producto Interno Bruto. Un sector de la población que “vive al día” sin un salario fijo y que se ha quedado prácticamente desprotegido tras la emergencia sanitaria ya que la mayoría de quienes lo integran se quedaron en casa ya sea por temor al contagio o cumpliendo las medidas sanitarias impuestas por el gobierno para evitar la propagación de coronavirus.
Pero el presidente de México señaló que sus programas abarcan también apoyos para adultos mayores, jóvenes sin empleo, además de créditos. Un millón en total, para pequeños negocios informales, para campesinos y pescadores… “Esta es la fórmula de aumentar la inversión pública destinada a la creación de empleos, de otorgar créditos a pequeñas empresas familiares que se buscan la vida como pueden, día con día.
No los vamos a dejar en el desamparo, aseguró López Obrador quien prometió no aplicar viejas recetas que incluyeron rescates bancarios o a la gran empresa, los “de arriba, como les llama el mandatario.
Quienes quedaron fuera de los apoyos conforman una parte del sector empresarial, cuyos líderes han calificado el programa emergente de López Obrador de insuficiente, por lo que le han pedido beneficios fiscales, impuestos diferidos y reducción de la carga tributaria para contar con un mínimo de liquidez que les permita pagar salarios y prestaciones a los trabajadores, concesiones que les permitirán conservar una fuente de trabajo en momentos en que gran parte de la planta productiva se encuentra detenida por la emergencia.
Algunos creen que no apoyar a las pequeñas, medianas y grandes empresas podría ser contraproducente. “Sin una clase media fuerte y sostenida, que es la que hace crecer a los países, la que los hace avanzar, no podrá detonarse ni el recurso suficiente para seguir apoyando estos programas sociales para los más pobres”, dijo a Aristegui Noticias, Tatiana Clouthier, diputada por el partido Movimiento Regeneración Nacional, fundado por el actual presidente López Obrador. Clouthier aseguró que los legisladores están analizando las demandas del sector para paliar el impacto de la crisis por el coronavirus.
Habrá que ver ahora si la cobija alcanza para todos y si la receta económica del presidente será la mejor para paliar el impacto de la crisis por covid-19. “Ya no habrá otro plan, porque estaba viendo en las redes sociales que algunos decían ¿Y dónde está el plan? No escuchamos nada”, dijo este lunes, el presidente en su conferencia mañanera en referencia a que los hombres de negocios siguen pensando que llegará un posible apoyo para los empresarios mexicanos.