Hace rato que Mariano Arcioni no logra dar buenas noticias en la provincia. Esta semana parece haber optado por buscar una brecha -en medio del panorama sombrío marcado por la ausencia de pagos salariales- flexibilizando las restricciones motivadas por la cuarentena frente al Coronavirus. El ministro de Salud lo respalda temerariamente, ocupando ahora el rol que tuvo al principio Massoni como primus inter pares. Hay intendentes que exponen crudamente las contradicciones del mandatario y no se distancias más todavía para no confundir más a la gente, como en el caso de Gustavo Sastre.
El miércoles 20, el ministro de Salud de Chubut sorprendió al anunciar que pronto se autorizarán las reuniones familiares. Dijo incluso que podría ser para este fin de semana que se avecina. Eso sí, Fabián Puratich le puso un límite a la cantidad de los que se podrán reunir. No pueden ser más de 10, como si no bastaran tres o cuatro para diseminar el virus.
El funcionario habló pocas horas después de que Arcioni anunciara que permitiría por decreto la apertura de hoteles y shoppings. Lo hizo luego de que Gustavo Sastre, intendente de Puerto Madryn, se opusiera a la apertura de los primeros. «Ni para los trabajadores que vienen de afuera», dijo el hermano del vicegobernador.
Luego del nuevo anuncio de Puratich, el gemelo estalló, calificando de «contradictorio» al gobernador que poco antes había afirmado que prefería «enojar a algunos» antes que poner en riesgo la salud de los que lo votaron esperanzadamente para que sacara a la provincia de una prolongada recesión en buena medida provocada por él mismo.
«Fue el más votado de las últimas tres elecciones», recordó este miércoles el ministro de Gobierno, José María Grazzini. El inefable dirigente de origen cordobés parece haber olvidado que -salvo que fuera un doble agente- él estaba en la vereda electoral de enfrente tanto en 2017 como en 2019. De esas elecciones habla el funcionario que supo presidir la Legislatura en nombre del Frente Para la Victoria y cuya actual pareja fue candidata a vicegobernadora en la boleta de Carlos Linares.
Humo luminoso
Desde que comenzó a tener problemas para cumplir con lo que les prometió en campaña a los empleados públicos, Arcioni ensayó diversas cortinas de humo.
La irrupción del Coronavirus significó una muy oportuna tregua para él, aunque la caída de las regalías y de la coparticipación de impuestos hizo que llegara ya a dos masas salariales por pagar para numerosos estatales. Por si eso fuera poco, ya se le viene también el medio aguinaldo. «Hacer previsiones es no entender la situación», según la poco afortunada reflexión del ministro Grazzini.
En este contexto, la magnificada disputa que el gobernador sostiene con el Poder Judicial solo distrae a unos pocos. El proyecto de autarquía financiera no pasará de comisiones porque los diputados comienzan a quedar expuestos en su juego. Hoy Arcioni ya no tiene seguros ni los 14 votos mínimos que necesita para designar a Javier Alvaredo como nuevo presidente del Banco Chubut.
El humor social de Chubut por ahora solo se respira los domingos, cuando salen a la calle los empleados públicos a reclamar sus haberes; mientras en algunas empresas de servicios petroleros de Comodoro queman cubiertas y en Trelew se producen importantes manifestaciones de textiles que desafían con cubrebocas al temido virus.
No pocos sienten que hay un enemigo más importante en esta hora, y tiene que ver con la injusticia.
El policía bueno
Justamente en el contexto de la lucha contra el Coronavirus Arcioni parece haber encontrado una ventana para seguir huyendo hacia adelante en momentos en que, por ejemplo, la diputada Adriana Casanovas no oculta su temor de que «la provincia se incendie en dos meses».
Ha sido con la inédita apertura de actividades donde ahora el gobernador se siente cómodo. Pasó de promover el encierro a liberar todo lo que pase por su escritorio, como hizo con hoteles y shoppings que. También habilitó los gimnasios, que iban a ser de los últimos en abrir sus puertas antes de este cambio de paso, y eso que el ministro Massoni es propietario de uno en Trelew.
En paralelo, Puratich avala los encuentros familiares. El gobierno procura granjearse alguna simpatía ciudadana, intentando que el rol de «policía malo» quede para los intendentes que se ven desbordados por la falta de aviso.
Lo dijo el lunes Adrián Maderna y se hizo eco Gustavo Sastre 48 horas después. Acuerdan una cosa en Rawson y por los medios se enteran de lo contrario.
«Y adherimos para no confundir más a la gente», confesó el jefe comunal de Puerto Madryn mientras recordaba que el último domingo en Comodoro se apiñaban en la costa los pescadores a partir del aval de un gobernador que tanto flexibiliza actividades económicas como domésticas, apostando siempre a la rueda de la buena fortuna y a que esas «ventanas» que alguna vez cuestionó -y que ahora alienta- no se le transformen en blindadas puertas que le impidan salir a él de su ensimismamiento.