La paralización del turismo de cruceros continuará hasta agosto, según estimaciones de las principales líneas del mundo, por encima de la anunciada reactivación desde el 1 de junio, en una industria que en Argentina mueve unos 90 buques por año, con 500.000 pasajeros que gastan cerca de 700 millones de dólares.
Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (AILC), en 2019 los cruceros transportaron a casi 30 millones de pasajeros, 2,5 millones más que en 2018, lo que marcó un crecimiento del 30% desde 2011.
La industria sufrirá el efecto de la pandemia de coronavirus, que precipitó a cero la facturación de las 26 principales empresas del sector a nivel global, que era de unos 20.000 millones de dólares anuales.
Además, frenará las inversiones de las compañías, que a raíz de la demanda de este tipo de viajes incorporaron 24 nuevos buques en 2019 y proyectaban construir otros 83 barcos hasta 2027.
El impacto de esta parálisis también golpeará a más de 16.000 agencias de todo el mundo que comercializan nueve de cada diez viajes que se realizan en cruceros, un segmento que genera 330.000 empleos, con un total por salarios cercano a los 15.000 millones de dólares.
Inyección de dólares
La cancelación de la actividad en los cruceros anuló ese tipo de viajes en la temporada de verano europea, que inyectaba unos 60 mil millones de dólares, y pone en riesgo las reservas para la temporada en Argentina, que arranca en octubre y termina en abril.
La directora de la AILC, Kelly Craighead, alcaró que «sin embargo, esto no supone un perjuicio económico para los turistas, a quienes se les reintegra la totalidad de los montos abonados o elijen reprogramar sus viajes».
En ese sentido, las empresas comenzaron a reaccionar con fuerza para paliar la situación con el anuncio de diversas medidas de seguridad y de controles sanitarios en el abordaje y en la vida a bordo de los cruceros, donde el respeto a la distancia entre pasajeros será uno de los mayores desafíos.
Asimismo, pensando en el 2021 y para evitar el reintegro de los billetes cancelados desde marzo, las navieras ofrecieron a sus clientes créditos para realizar cruceros en el futuro, que en algunos casos está obteniendo un éxito mayor al esperado.
De acuerdo a un estudio de la consultora de inversiones UBS, el50% de los clientes de Norwegian Cruise Line aceptó este tipo créditos, mientras que en el caso de MSC Cruises fue aceptado por un promedio del 80% de los clientes.
Los bonos cubren entre un 100% y un 125% del valor del viaje, lo que permite a los futuros pasajeros optar por una categoría superior a la contratada en un principio o disfrutar de créditos para gastar a bordo, entre otros beneficios dispuestos por los navieros.
Grosso : «Fuentes de ingresos»
Preocupación sobre la caída de este segmento turístico de parte de los destinos argentinos que reciben cruceros la expresó, por ejemplo, el secretario de Turismo de Puerto Madryn, Marcos Grosso, quien señaló a Télam que «la caída del turismo de cruceros puede afectar con fuerza lo que representa una de nuestras principales fuentes de ingreso».
Esta ciudad de Chubut recibió en la temporada de cruceros 2019-2020 a 82.606 turistas que gastaron unos 13 millones de dólares en excursiones, visitas guiadas, restaurantes y comercios.
Grosso estimó que «si la situación planteada por el coronavirus no se supera rápidamente, las reservas para la temporada 2020-2021, donde esperábamos recibir más de 50 buques con alrededor de 100 mil turistas, tendrá una caída importante en la actividad».
La Puerta a la Antartida
Ushuaia, ciudad que funciona como puerta de entrada a la Antártida, recibió en la última temporada más de 100.000 visitantes que arribaron a bordo de cruceros, un crecimiento interanual del 20%.
La Ciudad del Fin del Mundo logró monopolizar el tráfico de cruceros turísticos que visitan la Antártida, la gran mayoría con turistas europeos, lo que en la última temporada se tradujo en la recalada de 451 buques.
El presidente del Instituto Fueguino de Turismo, Dante Querciali, advirtió que la caída en esta actividad «significará una pérdida para el sector, porque los viajeros de este segmento provocan un impacto económico importante a través de la contratación de servicios y de gastos en comercios y restaurantes».
Las terminales de Buenos Aires, Puerto Madryn y Ushuaia recibieron a casi 500.000 turistas de cruceros el año pasado y, antes de la aparición de la pandemia de coronavirus. Se estimaba que esa cifra llegaría a un millón en las próximas dos temporadas.