Las cifras dan ánimo pero no es un sábado para festejar en Chile. Si bien se registró una leve baja en el número de contagiados de coronavirus en las últimas 24 horas, donde se sumaron 3.536 casos y 43 muertes, el sistema de salud está al límite de su capacidad. Por eso, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, le rogó a los hospitales privados aumentar las plazas en cuidados intensivos.
En un inicio, este sábado el panorama que entregó el comunicado diario de los servicios sanitarios chilenos fue esperanzador: se había reducido considerablemente lo ocurrido el viernes, cuando se marcó el pico de 4.276 contagios.
«Esta reducción no menor no se explica porque se hayan realizado menos exámenes sino por la caída de casos nuevos en otras regiones del país como Tarapacá», indicó Mañalich.
La cifra total de infectados desde el 3 de marzo, cuando se detectó el primer caso en el país, asciende así a 65.393, mientras que el número de fallecidos llega a los 673, tras registrarse 43 nuevos decesos en las últimas 24 horas, la mayoría de ellos adultos mayores que vivían en Santiago.
El problema, sin embargo, es que el número de pacientes ingresados en cuidados intensivos ya supera el millar y la capital sigue siendo el gran foco de contagios.
Mañalich reconoció que la situación de la red hospitalaria en Santiago sigue siendo crítica y se sitúa en torno al 94 % y por eso les rogó a los hospitales privados aumentar las plazas en cuidados intensivos.
«Por favor, directores de servicios, directores de hospitales, piensen en que estamos en una epopeya histórica. El estado de necesidad de nuestro país es de tal magnitud que hay que imaginar respuestas y alternativas que antes no usábamos», afirmó el ministro en su rueda de prensa diaria.
En la actualidad, hay 1.062 personas hospitalizadas en cuidados intensivos, de los cuales 900 necesitan ventilación mecánica y 212 se encuentran en estado crítico.
A raíz de ese panorama que el gobierno de Sebastián Piñera imaginaba, la semana pasada comenzó la cuarentena en la zona metropolitana de Santiago, que mantiene confinados en sus casas a cerca de 7 millones de personas.
La medida, había sido descartada desde el inicio de la pandemia por el Gobierno porque defendía las cuarentenas «selectivas y estratégicas» con restricciones que se imponían y levantaban en función de los nuevos contagios, durará al menos hasta el 29 de mayo.
Chile se encuentra bajo estado de excepción, con toque de queda nocturno desde mediados de marzo, con colegios, universidades y fronteras cerradas, así como la mayoría de los comercios que no sean de primera necesidad.