MINNEAPOLIS.- A pesar de la imposición de un toque de queda en Minneapolis después de tres noches de protestas cada vez más agresivas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía, miles de manifestantes volvieron a salir a las calles para volver a exhibir su enojo.
Las escenas de protestas, furia y violencia siguen extendiéndose a lo largo de Estados Unidos: ayer un joven murió baleado en Detroit, varios autos policiales y la sede central de la cadena CNN fueron vandalizados en Atlanta, y en Nueva York hubo choques entre manifestantes y agentes.
Ante esta situación, el Departamento de Defensa ordenó hoy al Ejército que ponga a varias de sus unidades de la policía militar en servicio activo, listas para desplegarse en Minneapolis en un corto espacio de tiempo, a pedido del presidente del país, Donald Trump, según tres personas con conocimiento directo de la iniciativa.
Los cargos penales presentados ayer por la mañana contra el policía blanco que inmovilizó a Floyd, afroestadounidense, en el piso poniéndole la rodilla sobre el cuello durante 9 minutos, no lograron calmar los ánimos. Derek Chauvin, de 44 años, fue acusado de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario de segundo grado.
La familia de George Floyd, 46 años, a la que el presidente Donald Trump informó haber llamado, saludó la detención del policía como un primer paso «en el camino a la justicia», pero la consideró «tardía e insuficiente». «Queremos una acusación por homicidio voluntario con premeditación, y queremos ver a los otros agentes [implicados] arrestados», afirmó la familia en un comunicado.
Chauvin es uno de los cuatro agentes despedidos del cuerpo policial tras conocerse el video que muestra el arresto el lunes de Floyd por supuestamente tratar de pagar en una tienda con un billete de 20 dólares falso. El fallecido aparece esposado y acostado en la calle con la rodilla del Chauvin sobre su cuello por al menos cinco minutos.
Fuego y enfrentamientos en Minneapolis
Por cuarta noche consecutiva, y a pesar del toque de queda, miles de personas salieron a protestar en Minneapolis con carteles en memoria de Floyd y con la leyenda del movimiento «Black lives matter» («Las vidas negras importan»). La policía dijo que durante las protestas se efectuaron disparos contra miembros de las fuerzas de seguridad, pero no hubo heridos. Los oficiales respondieron con gases lacrimógenos.
Poco antes de la medianoche, decenas de agentes a pie y en autos avanzaron para frenar la violencia, un día después de las críticas a los líderes de la ciudad y del estado por su gestión de la crisis. El jueves, los manifestantes quemaron una comisaría de policía poco después de que fuese desalojada y prendieron fuego o destrozaron docenas de negocios.
La nueva ronda de disturbios se produjo a pesar de que el gobernador, el demócrata Tim Walz, había anunciado que el estado mostraría una respuesta más contundente a la ofrecida el jueves. Pero hoy a primera hora, Walz reconoció que no tenía suficientes efectivos, aún contando con 500 soldados de la Guardia Nacional.
El gobernador aseguró que movilizará rápidamente a más de mil efectivos más, para un total de 1700, y que estaba estudiando la posible oferta de la policía militar federal, pero advirtió que incluso esto no podría ser suficiente y que espera otra noche complicada el sábado.
En otras ciudades
Mientras cada vez más ciudades son escenario de las protestas contra la brutalidad policial y la discriminación racial -aun en medio de las medidas de aislamiento por la pandemia del coronavirus -, un joven de 19 años fue asesinado en el centro de Detroit, en Michigan, justo antes de la medianoche luego de que una persona a bordo de una camioneta deportiva disparó contra una multitud de manifestantes cerca del distrito de ocio de Greektown, dijo la policía.
La Guardia Nacional estaba también en alerta en Washington, D.C, donde una multitud se congregó en el exterior de la Casa Blanca y lanzó insultos contra el presidente, Donald Trump. Algunos trataron de saltar las barreras instaladas por el Servicio Secreto en la Avenida Pennsylvania, y arrojaron botellas y otros objetos a los policías con equipos antimotines, que respondieron con gas pimienta.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, tuiteó que movilizará a 500 miembros de la Guardia Nacional de inmediato para «para proteger a población y propiedades en Atlanta ». En esa ciudad, tras horas de protestas pacíficas, algunos manifestantes destrozaron autos policiales y pintaron con aerosol el icónico logotipo de CNN en la sede de la cadena. Al menos tres policías resultaron heridos y hubo múltiples detenciones, dijo Carlos Campos, vocero de la policía de la ciudad. Los manifestantes dispararon con pistolas de aire comprimido a los agentes, y les lanzaron ladrillos, botellas y cuchillos, añadió.
Una protesta inicialmente pacífica en la Ciudad de Nueva York derivó en una situación caótica en la noche, con manifestantes enfrentándose a agentes, destrozos en autos policiales e incendios provocados, señaló La Nación.