Cuando Massoni habla del “narcomenudeo” y de las drogas que le arruinan la vida a los jóvenes, nadie le pregunta qué opina del mayor secuestro de plantas de marihuana, que hicieron en la casa de la exmujer y los hijos del millonario sindicalista Héctor Rubén González. Es extraño que el ministro de Seguridad de la provincia omita referirse a este tema ¿no?
O sea, a Massoni le incomoda, supuestamente, el “transa” que vende porros –y está bien que así sea- pero ni siquiera le llama la atención un bosque de cannabis sativa, en el patio de una residencia ubicada a metros de una escuela primaria.
La única vez que se refirió al caso de los González, fue el día después que se concretó el allanamiento en el que incautaron más de un centenar de plantas de marihuana, pero lo hizo de manera efímera. Desde ese momento, nunca más habló del hecho al que paradójicamente deberían destacar como el mayor secuestro de plantas de marihuana en la zona.
Massoni viene sosteniendo en estos últimos días que en la lucha contra el narcotráfico “hay que ir a buscar al transa y no al pez gordo”, contradiciendo el sentido común y a todas las policías del mundo que buscan por el contrario desterrar el crimen organizado y meter presos a los narcotraficantes, a los que producen y distribuyen la droga para que se comercialice.
También insiste en que debería crearse en Chubut la agencia antinarcóticos, para la que tendría ya un jefe elegido; Néstor “El Tero” Gómez Ocampo, paradójicamente, el hombre que comía asado con un narco, con un empresario que fue condenado a varios años de cárcel por intentar mandar de Puerto Madryn a Europa en un barco, un cargamento de cocaína disimulado en cajones de langostino.
Algunos sostienen que Massoni instaló el tema narcotráfico en la opinión pública para eludir hablar de la seguridad; de la ola de asaltos en domicilios particulares, robos y hechos de violencia que está teniendo en Trelew.
La otra noche en una chacra cercana a la ciudad golpearon brutalmente a una familia de chacareros y les robaron tres millones de pesos, y a casi cinco días de ese grave hecho no tienen ni una pista de sus autores, por ejemplo. Y la gente ya se está quejando de que ni en sus casas se sienten seguros.