En estos días se vencería el plazo para apelar el procesamiento de un hijo y de la ex mujer del capo máximo del gremio de Luz y Fuerza de la Patagonia, Héctor Rubén “El Gordo” González. Ambos están en libertad y si la resolución del juez queda firme irían a juicio acusados de delitos relacionados a la droga y el narcotráfico.
Alicia Consuelo Rivas y Juan Manuel González Rivas han sido embargados por 1.800.000 pesos y 1.000.000, respectivamente. Además, pesa sobre ellos la disposición de no salir de la ciudad de Trelew sin previa autorización de la Justicia Federal, y si lo hacen ordenarían sus capturas e irían derecho a la cárcel.
El inicio de todo
Vale recordar que esta causa arrancó con dos hijos de González imputados y al final terminó quedando uno solo. En cuanto a Facundo Jesús González Rivas, el otro hijo del millonario sindicalista, el magistrado tenía muchas dudas sobre si comprendía la criminalidad de los hechos que se les ha atribuido en el proceso judicial y fue por eso que mandó a que se le hicieran unas pericias psicofísicas.
Si esas pericias dan que el muchacho no tiene ningún problema mental, es muy probable que el juez lo termine procesando también por los mismos delitos con los que procesó a su madre y a su hermano. Esto se podría decidir en los próximos días.
La causa del “bosque de marihuana” de los González, se inició allá por mediados de mayo cuando la policía les hizo un allanamiento en el lujoso chalet que tienen en la calle Cangallo al 100 esquina Belgrano, a metros de una escuela primaria en la zona sur de Trelew y descubrió que en el patio principal habían plantado más de un centenar de plantas de cannabis sativa de entre uno y medio y dos metros y medio de altura.
Además, en esa diligencia las autoridades de Drogas Peligrosas al mando del eficiente comisario Eduardo Alonzo –al que “El Tero” Gómez quiso desplazar después del procedimiento— encontraron plantines de marihuana por todos lados, un secadero de hojas como los que utilizan los narcotraficantes en el proceso de producción de “porros” para fumar droga y una estructura pergeñada para “sembrar, cultivar y cosechar marihuana con fines de comercialización para producir droga”, según lo entendió el juez.
A los González les incautaron un total de “14 kilos de marihuana”, en aquel allanamiento que les hizo la policía el 19 de mayo. Según un perito que actuó en la causa, con esos 14 kilos “podrían prepararse 29.270 cigarrillos o porros” y representarían la cantidad de 167.240 dosis de umbrales de tetrahidrocannabinol (THC), el componente psicoactivo que tiene la droga y que la hace alucinógena.
La declaración que faltó
En aquellos días, cuando el caso estaba caliente, el diario Jornada no publicaba absolutamente nada y algunos medios nacionales lo consideraban un hecho sin precedentes, destacando que Héctor González era un sindicalista muy influyente y amigo de Hugo Moyano, corrió la versión que era inminente su convocatoria a declarar en la causa y hasta se llegó a hablar de su posible detención, porque se decía que “alguien” había hablado. “Que lo habían mandado al frente”.
Nada de eso pasó, la Justicia nunca lo citó y el juez quizás se quedó con ganas de escuchar a alguien que no hubiera podido decir que “no sabía” o que no estaba al tanto de lo que se hacía en esa mansión, que en su momento fue su casa.
Es muy probable que el abogado de los González, tal como viene adelantando este portal, pida que se revea el procesamiento de sus clientes y que la causa –quizás—termine en la Cámara de Apelaciones de Comodoro. Esta es una posibilidad y si ocurre es probable que suceda en los próximos días.
Si el abogado apela será un tribunal revisor el que deba determinar si el procesamiento del juez Gustavo Lleral se ajusta a derecho o no, y como los imputados no están presos pueden pasar varios meses hasta que los jueces se expidan y la causa siga su trámite.
Notas relacionadas:
Plantación de marihuana en la casa donde vive el hijo de Héctor Gonzalez
Causa Drogas: Hermetismo con la banda de «Los González»
Las drogas de «Los González» tenía luz clandestina
A los González los salvó de la cárcel la pandemia