Cuando falta poco más de un mes para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente, Donald Trump, dio positivo por coronavirus y fue trasladado «con síntomas leves» en el helicóptero presidencial a un hospital militar de Washington, un giro dramático que sacudió la campaña en el país, alteró a la Casa Blanca y conmocionó al mundo.
La enfermedad de Trump, quien además de internarse comenzó un tratamiento para reforzar su sistema inmune con un cóctel experimental de anticuerpos, vitaminas y zinc y ayer estaba «fatigado, pero de buen espíritu», según su médico, forzó a todo el arco político a improvisar un recálculo en la recta final hacia una elección que tanto republicanos como demócratas han enmarcado como la más importante en la historia de Estados Unidos. Trump caminó hasta el helicóptero en el jardín sur de la Casa Blanca vestido de traje, corbata azul y con su cara cubierta por un barbijo. Levantó el pulgar para los fotógrafos.
«Gracias a todos por su tremendo apoyo. Voy al hospital Walter Reed. Creo que estoy muy bien, pero vamos a asegurarnos de que todo funcione», dijo Trump en un video grabado antes de dejar la Casa Blanca.