El impacto del turismo por la temporada de verano en los contagios de coronavirus fue mucho menor de lo esperado, ya que el promedio de nuevos casos reportados a nivel nacional pasó de 11.530 diarios de mediados de enero a 5.493 esta semana, con un descenso de 53%, lo que funcionarios y especialistas consideraron una consecuencia de que «la gente comprendió que debía seguir cuidándose aún de vacaciones».
«La situación estuvo controlada. Más allá de fotos que se vieron en alguna playa o balneario particular, en líneas generales la gente que vino de turista y los que vivimos acá entendimos que teníamos que seguir respetando los protocolos si queríamos transitar la temporada medianamente tranquilos», dijo a Télam Viviana Bernabei, secretaría de Salud de General Pueyrredón.
Bernabei señaló que entre el 6 y el 8 de enero Mar del Plata superó los 300 nuevos casos por día por primera vez desde el 21 de octubre, día que marcó el máximo de notificaciones desde el inicio de la pandemia.
«Solo hubo dos días con algún alerta respecto de las internaciones en cuidados críticos, pero en ningún momento llegamos a estar complicados respecto de las internaciones»
VIVIANA BERNABEI
«Luego de eso se estabilizó en un número de contagios que para nosotros era aún alto -con 200 y 250 por día-, porque si se producía un brote íbamos a estar complicados. Pero ese brote no se produjo, la situación estuvo bajo control. Solo hubo dos días con algún alerta respecto de las internaciones en cuidados críticos, pero en ningún momento llegamos a estar complicados respecto de las internaciones», detalló la funcionaria.
Asimismo, sostuvo que tras la estabilización de casos, «comenzó a bajar la tasa de positividad», que en la primera semana de enero había sido de 45 por ciento, y durante el resto de la temporada osciló entre el 31 y el 35 por ciento.
«Es cierto que no tuvimos un flujo de visitantes propio de otras temporadas, pero duplicamos la población y no se produjeron brotes», marcó a modo de balance y alertó que «si bien vemos una tendencia a la baja que se viene sosteniendo, hay que ver qué sucede la semana que viene tras el fin de semana largo (por los feriados de Carnaval) y con mal clima que tuvimos».
En el mismo sentido, Eduardo D’Agostino, secretario de Salud de Pinamar, indicó que «la percepción actual es que salió todo bien», aunque aclaró que se tendrá una radiografía más fiel del impacto de la pandemia sobre el cierre de febrero o inicio de marzo.
«Tenemos que terminar de ver qué impacto pueden llegar a tener en grupos de riesgo los contagios de personas más jóvenes que se hayan confirmado en los últimos días», explicó.
D´Agostino señaló que en el partido disminuyó tanto el número de contagios como la positividad en las últimas semanas, en la que los casos activos pasaron de 432 en el arranque del mes a 278 tras los feriados por Carnaval, «pero la calidad del número depende del impacto o no en personas de riesgo».
De acuerdo a los últimos reportes, el 95 por ciento de los positivos corresponden a menores de 65 años.
La evolución de los positivos en Mar del Plata y Pinamar es una muestra de lo que pasó en la Costa Atlántica y también en casi todo el país, donde a nivel nacional los casos comenzaron a descender a razón de un 14 por ciento semanal desde que se alcanzó un promedio máximo de notificaciones diarias la semana del 14 de enero con 11.530 pacientes con Covid.
Desde entonces, el promedio nacional de notificaciones diarias descendió en forma constante. «La semana del 21 de enero fue de 10.337 casos; la semana del 28 de enero de 8.921; la del 4 de febrero de 8.016; la del 11 de febrero de 6.673 y esta semana fue de 5.493», detalló a Télam la docente e investigadora Soledad Retamar.
La especialista, que integra el Grupo de Investigación en Bases de Datos (GIBD) de la Facultad Regional Concepción del Uruguay, dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), sostuvo que «el incremento de principio de año pudo verse impulsado por las reuniones sociales de fin de año, las fiestas, la apertura del turismo, las movilizaciones; luego creo que las personas retomaron los cuidados y la posibilidad de hacer actividades al aire libre mejoró la situación».
Otra forma de medir el impacto del movimiento turístico es el testeo que realiza la ciudad de Buenos Aires a quienes vuelven de vacaciones, lo que hasta el viernes reportó 620.231 pruebas, de las cuales 11.407 resultaron positivas, con una tasa de positividad de los últimos 7 días de 0,99%.
De acuerdo a los últimos reportes, el 95 por ciento de los positivos corresponden a menores de 65 años.
De acuerdo a los últimos reportes, el 95 por ciento de los positivos corresponden a menores de 65 años.
«Comenzamos a realizar estas pruebas el 8 de diciembre. Durante todo este período, como conclusión general, encontramos que el residente que se iba a vacacionar tenía tres veces más riesgo de contraer el virus que el que se quedaba», señaló a Télam Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria de la Ciudad.
Para el funcionario, esto se debe a que «cuando uno se va de vacaciones tiene más contactos sociales y disminuyen un poco los cuidados».
Los test que se realizan para este fin son de antígenos, con excepción de los que se practican a personas mayores de 60 años.
«El test tiene un poco menos de sensibilidad que la PCR pero a nivel poblacional permite una detección rápida y más sencilla; no obstante, en el caso de los mayores de 60 se realiza la PCR porque queremos estar seguros de que no se nos escape ningún caso porque tienen posibilidad de evolucionar a cuadros graves», detalló.
Finalmente, Battistella apuntó que «el impacto fuerte de aumento de casos lo tuvimos en las dos primeras semanas de enero, después de las fiestas y encuentros de fin de año; luego, si bien el riesgo era más alto entre quienes vacacionaban, la situación no se desbordó; tal vez ese incremento de principio de año asustó un poco y la gente volvió a cuidarse, también acompañó el testeo al regreso de las vacaciones».