Chubut

Cómo olvidar cuando Néstor Gómez Ocampo habría querido acostarse, en pleno duelo, con la mujer de un policía muerto

El pasado 2020, a los pocos días de que un agente de la fuerza muriera, el subjefe de policía de la provincia habría querido hacerse el “don juan” con la mujer del fallecido a través de WhatsApp, pero le salió mal: la joven no solo lo rechazó sino que además lo escrachó por las redes sociales.

Cesar Alberto Peña era un joven elemento de la fuerza que se encontraba atravesando una dura etapa en su vida a causa del cobro atrasado de los sueldos.

Su mujer, lo ayudaba económicamente en la casa vendiendo tortas para poder subsistir y darle lo esencial al hijo que tenían en común.

Mientras el ministro de Seguridad Federico Massoni seguía despilfarrando capitales del estado en estrategias de marketing para su imagen política, la situación para Cesar y el resto de sus camaradas empeoraba; el nefasto gobierno de Mariano Arcioni seguía debiendo y pagando con atraso a todos los estatales.

Una mañana, Peña se levantó de la cama con una triste y drástica decisión en su cabeza; el desarrollo de su actividad cotidiana fue como el de cualquier otro día al igual que su jornada laboral, pero por la noche luego de un desahogo con su mujer de todo el estrés, las broncas y frustraciones que sentía a causa de la situación económica que estaba viviendo, tomó su arma reglamentaria y se desarrajó un disparo en la cabeza que lo dejó agonizando.

“Son las 2 de la madrugada y tenés que estar haciendo tortas porque no cobro y no me alcanza para nada”, fue la última queja que largó Cesar frente a su esposa antes de que tomara la decisión.

Murió en el hospital; los compañeros de Cesar tuvieron que juntar una colecta para trasladar el cuerpo hasta el pueblo de donde el joven era oriundo, ninguna autoridad política ni policial se acercó a ayudar.

Tiempo atrás, Cesar había realizado los trámites pertinentes para que cuando llegue el momento de su muerte, sus órganos sean donados, pero al parecer no habrían cumplido nunca con la voluntad del fallecido y los órganos se habrían ido bajo tierra con él.

Luego de la muerte de Cesar, los problemas económicos continuaron para su esposa y el hijo pequeño que criaban juntos; la única “ayuda” que le habrían querido ofrecer a la joven vino del Subjefe de policía de la provincia, Néstor “el tero” Gómez Ocampo, quien comenzó a mensajearla por WhatsApp, presuntamente insinuándosele a los pocos días de perder a su marido.

El comisario general Gómez Ocampo (amigo del narcotraficante Omar “el cura” Segundo), en esos mensajes le informó que dado su alto rango dentro de la institución podía ayudarla económicamente, pues conocía a muchos contactos políticos y con él, ella tendría una “solución mediante”; pero toda esta “ayuda” no iba a ser incondicional sino que tendría un precio: el sexo.

El “tero” Gómez Ocampo le terminó confesando por medio de mensajes que quería estar con ella; la joven inmediatamente sacó capturas de pantalla y denunció en las redes lo que estaba sucediendo.

Estos son los personajes que integran la cúpula policial de la provincia; Gómez Ocampo es uno de los “muchachos” de Massoni, que a pesar de haber circulado fotografías de “reuniones sociales” junto a un narcotraficante conocido en la provincia, el ministro quería designarlo jefe de su fantasiosa “Agencia Antinarcóticos”.

Individuos con la integridad moral de Gómez Ocampo del cual dicen que sería común para él acostarse con mujeres a cambio de ayudarlas económicamente o para puestos de trabajo, son los que conforman la mesa chica de Federico Massoni, un equipo compuesto por verdaderos embajadores de la ética, la moral y copiosos valores dignos de un grupo de monaguillos; en manos de estos personajes es que se encuentran nada menos que los bastiones del poder público.

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