Los ciudadanos de esta provincia elegimos hoy un nuevo gobernador, que asumirá el 10 de diciembre. Desafíos, cambio de etapa, y la ayuda que necesitará Trelew.
Poco más de cuatrocientos setenta y dos mil electores estaremos habilitados para votar este domingo en Chubut, en 1416 mesas repartidas en 248 escuelas. Cinco candidatos a gobernador, noventa y seis candidatos y candidatas a intendente, ochenta y tres a jefes comunales. Más todos los candidatos a legisladores provinciales y a concejales. Esos son los números absolutos de una elección que tiene un desbalance clásico, y que de algún modo fue condicionando -a lo largo de la historia provincial- el formato político en el que discurren las disputas electorales en Chubut: Comodoro Rivadavia concentra 154.167 electores. Esto es el 32,6% del padrón. La ciudad petrolera fue ayer sábado el centro de atención. Un temporal de viento feroz que provocó cortes de luz, destrucción de edificios, incidentes, y la interrupción del tránsito de la Ruta 3 al pie del cerro Chenque, ponía en duda la logística electoral. En Comodoro deben funcionar hoy 453 mesas repartidas en 68 escuelas. Puede haber cambios de última hora en algunos centros de votación.
La elección de gobernador de este turno indica un cambio de época importante. Se acaba la etapa del posdasnevismo, y empieza una nueva cuyo color político sabremos esta noche al contar los votos, siempre que no ocurra algo como en 2011. Aquel comicio se terminó definiendo en elecciones complementarias. No está claro que se llegue a esos extremos. Sí, que tendremos una elección probablemente muy disputada entre las dos principales fuerzas políticas: La alianza Arriba Chubut (peronismo-arcionismo-dasnevismo y aliados) que postula al intendente de Comodoro Juan Pablo Luque como candidato a gobernador, y Juntos por el Cambio (UCR-PRO) que propone a Ignacio «Nacho» Torres. Los primeros vienen gobernando la provincia desde 2003. Dos períodos y medio lo hicieron con Mario Das Neves, ganaron otras elecciones con Martín Buzzi -que luego saltó al kirchnerismo- y un período y medio más con Mariano Arcioni. La oposición viene de ganar las legislativas del año pasado. Los otros tres candidatos que completan el escenario -César Treffinger, Oscar Petersen y Emilse Saavedra- no parecerían estar en posición de disputar el poder hoy a las fuerzas mayoritarias.
Lo primero que cabe decir, dado los regionalismos que suelen aflorar, es que Chubut necesita hoy un gobernador para todos los chubutenses. Nuestra provincia tiene un crecimiento desparejo. Comodoro y Puerto Madryn han explotado de crecimiento económico en todos estos años. La cordillera con Esquel a la cabeza se ha ido acomodando. La capital provincial Rawson ha mejorado incluso con las crisis políticas que ha vivido varias veces, hasta que Damián Biss logró ordenarla. Al mismo tiempo que todo esto ocurría, Trelew se ha hundido en un pobrismo miserable que preocupa. La ciudad cabecera del Valle votó en abril un cambio político. El intendente electo radical Gerardo Merino necesitará de toda la gestión que le puedan aportar -cada uno desde su lugar- el nuevo gobernador de Chubut, los legisladores nacionales y provinciales, y el gobierno nacional que resulte electo el 22 de octubre, o en la segunda vuelta de noviembre. Trelew no podrá sobrevivir en soledad o aislada del resto.
No sería el único caso a atender, sino el más significativo por la población afectada. Hay lugares de la cordillera en los que el gas es una rareza. Hay familias enteras que se las arreglan con unos pocos paquetes de leña del Plan Calor. La meseta chubutense seguirá siendo árida para la vida y favorable al éxodo, mientras no se pueda explotar razonablemente la minería.
La extensión misma de la provincia y lo desparejo de su representación política, hacen que la demanda sea -justamente- la de un gobernador para todos los chubutenses. Porque así como Comodoro tiene 153.000 votantes, Aldea Apeleg cuenta sólo con 118. Así como hay ciudades con seis o siete candidatos a intendente, existe una localidad en la que hay sólo uno: Tecka, con el incombustible Jorge David Seitune como único postulante. 24 años al frente del Municipio. Cada kilómetro cuadrado, cada habitante, comercio, industria, negocio, trabajador, el campo local, necesita de estrategias del gobierno que complementen y compensen las desventajas de vivir en la Patagonia.
Finalmente, el test electoral de hoy será importante. Mucho se habló en la previa de un nivel de participación posiblemente bajo (como viene ocurriendo en todo el país). La fecha final de las vacaciones de invierno, el clima, e incluso el temporal de viento de Comodoro podrían incidir. También el enojo con «la política» que vienen mostrando los ciudadanos en las encuestas.
La buena noticia de esta elección es que los dos principales postulantes Luque y Torres, podrán sentarse después a resolver problemas comunes de Chubut. La campaña fue relativamente tranquila. La única excepción fue el episodio mafioso que se vivió en Trelew diez días atrás, cuando atacaron a tiros una caravana encabezada por Luque en el barrio Planta de Gas. Los dos candidatos son jóvenes, y finalmente tienen una visión desarrollista, de perfil productivo, de «hacer», que podría resultar coincidente en muchos puntos. Además, ambos llevan candidatos a vicegobernador expertos en el ejercicio del diálogo y de la política: Ricardo Sastre junto a Luque, y Gustavo Menna con Torres. Luego, será central el rol de los intendentes, para articular de una forma saludable las relaciones entre oficialismo y oposición para resolver varios problemas endémicos de la provincia: Nunca hay 180 días de clases, desde hace años. La pobreza y la inseguridad en algunas zonas de la provincia son alarmantes. Recursos como la pesca, el petróleo, el agua, los bosques, deben explotarse de modo racional y transparente de modo de asegurar sustentabilidad, supervivencia, y renta económica y social. El turismo requiere de estrategias, y no sólo de arrestos e inversiones individuales. Se necesitará en estos cuatro años gestión eficiente y de calidad. Para ello, Chubut necesita mucho trabajo y muy comprometido, de todos.