Gobierno EEUU. “Si las elecciones fueran hoy sacaríamos el 50% de los votos”. Fue apenas una jactancia de Javier Milei en Davos, pero en una Argentina donde todo es posible, una duda empezó a inquietar al sistema político, por el caótico calendario electoral, sumado al desconcierto sobre el futuro de las PASO: “¿Y si el Presidente firma un decreto y adelanta las elecciones?”.
La advertencia-temor cunde en el conurbano bonaerense, cerca de un intendente de la Primera sección electoral, con aire de río. Imposible saber si la idea alguna vez rebotó como un flipper en el “triángulo de hierro” que integran los Milei y Santiago Caputo, pero evidencia el estado de shock que perdura desde la irrupción de La Libertad Avanza en el poder. Hay un antecedente: en 2009 Cristina Kirchner adelantó las elecciones de octubre al 28 de junio.
El armador libertario en PBA, Sebastián Pareja, suele advertir en la intimidad, sobre todo en un escenario de ruptura con Mauricio Macri: “Estamos bien. La oposición es un caos. Pero, guarda, no hay que dormirse porque el peronismo se ordena en un segundo y funciona como un relojito suizo”.
Pareja sabe: lideró la juventud que militó el regreso de Carlos Menem en las presidenciales de abril de 2003. El almanaque parece un loop. El entonces presidente Eduardo Duhalde impulsaba al resistido Néstor Kirchner, amagó con una ley de lemas y finalmente logró que tres listas peronistas -terció Adolfo Rodríguez Saá- compitieran en las generales. Sin internas. “Encima nos metieron la lista de Ricardo López Murphy para sacarnos votos por derecha y nos embromaron”, se lamenta aún Pareja.
n el caluroso enero de 2003, la sede del PJ, de la calle Matheu, era un hervidero. Ahora, el peronismo hierve por dentro. Veintidós años después, Cristina Kirchner desembarcará en el histórico edificio que parió con fórceps la postulación de su esposo. Desde allí buscará ordenar y conducir una oposición fragmentada, pero que aún conserva como un puño apretado en el Congreso y la Legislatura bonaerense. Llega en ¿son de paz? con Axel Kicillof. El Gobernador dilata, hasta la exasperación K, la definición sobre si desdobla o no las elecciones. Él quiere (ser candidato presidente en 2027) y ella, no (ni desdoblar ni que llegue a la Casa Rosada sin su bendición). El intendente de Villa Gesell Gustavo Barrera se inmoló: “Hay que eliminar las PASO y desdoblar las elecciones”.
CFK se apoyó en el diputado afín a La Cámpora Alejandro Dichiara para dos misiones. “El Facha”, así le dicen al exintendente de Monte Hermoso, le consiguió la casa en línea de playa de Sauce Grande, donde la expresidenta pasó cinco días con su hija Florencia y su nieta Helena. Y le encargó que corriera la voz: “Cristina ordenó que le aprueben el presupuesto al Gobernador”. En La Plata, ni si inmutan. Lo único que les interesa es la autorización para el endeudamiento. “Los proyectos se trabaron porque a Axel le pedían cargos en la Corte, en el Ejecutivo y el fondo para los intendentes”, se desligan cerca de la expresidenta.
Donald Trump publicó su verdad. En el “America First Trade Policy” hay una cláusula que pasó desapercibida, pero no para los funcionarios argentinos en Washington. El punto “G” de las relaciones carnales dice textual: “The United States Trade Representative shall identify countries with which the United States can negotiate agreements on a bilateral or sector-specific basis to obtain export market access for American workers, farmers, ranchers, service providers, and other businesses and shall make recommendations regarding such potential agreements”. Abre la puerta a un acuerdo bilateral con la Argentina, ¿en el sector energético?
Karina Milei tenía pensado viajar a China en el comienzo del año. Con el idilio con Trump y el acuerdo con el FMI a punto, por ahora, la agenda marca un segundo desembarco en la costa atlántica a fin de mes. Manda el calendario electoral, la otra verdad mejor guardada.