Sector energético economía. El sector energético argentino está en camino de convertirse en el principal generador de superávit comercial en 2025, superando al tradicional aporte del campo. Según un informe de la consultora ABECEB, se espera que la energía contribuya con alrededor del 50% de los USD 14.000 a 15.000 millones de saldo positivo proyectado para el año próximo. Este cambio marca un hito histórico, ya que el sector pasó de ser uno de los más deficitarios de la economía hace dos años a liderar la generación de divisas.
El crecimiento del sector energético se sustenta en el desarrollo de Vaca Muerta y la puesta en marcha de obras de infraestructura clave. Entre ellas, destacan el proyecto Duplicar+ de Oldelval, que ampliará la capacidad de transporte de crudo a 540.000 barriles diarios, y la optimización del sistema del Oleoducto Trasandino (OTASA), que permitirá exportar 110.000 barriles diarios a Chile.
Además, el Oleoducto Vaca Muerta Sur, que estará operativo en el cuarto trimestre de 2026, permitirá transportar hasta 550.000 barriles por día, con posibilidad de expandirse a 700.000 barriles diarios. Estas obras no solo incrementarán las exportaciones de petróleo, sino que también reducirán los costos logísticos, mejorando la competitividad del crudo argentino en el mercado internacional.
En el caso del gas natural, la reversión del Gasoducto Norte reducirá la dependencia de las importaciones desde Bolivia, mientras que el Proyecto Fénix y las exportaciones a Chile y Brasil consolidarán un superávit gasífero superior a los USD 1.000 millones.
El récord de 2024 y las proyecciones para 2025
En 2024, el sector energético ya mostró un desempeño histórico, con un superávit comercial de USD 5.660 millones, lo que representó el 30% del saldo positivo total del país. Este resultado fue impulsado por un aumento del 40% en las exportaciones de petróleo, que alcanzaron los USD 5.500 millones, y una caída del 50% en las importaciones de combustibles.
Para 2025, ABECEB proyecta que la balanza comercial energética alcanzará los USD 7.000 millones, consolidando la reversión del déficit registrado entre 2011 y 2023. Este crecimiento se explica por el aumento de las exportaciones de crudo y gas, así como por la reducción de las importaciones de derivados del petróleo, como gasoil, nafta y fueloil, que se espera tengan un déficit de USD 750 millones.
El campo: segundo en aporte neto
Aunque el sector agropecuario seguirá liderando en términos de exportaciones brutas, su aporte neto al superávit comercial será menor debido a las importaciones de insumos. En 2024, el campo importó USD 3.200 millones en porotos de soja y USD 800 millones en fertilizantes, lo que redujo su saldo positivo.
En contraste, el sector energético no solo incrementará sus exportaciones, sino que también reducirá significativamente sus importaciones, especialmente de gas natural y gasoil. Esta dinámica lo posicionará como el principal generador de divisas netas para el país. Información de ADNSUR.
Impacto macroeconómico
El crecimiento del sector energético no solo fortalecerá la balanza comercial, sino que también tendrá un impacto positivo en la macroeconomía argentina. Según Fernando Bazán, economista senior de ABECEB, «el creciente aporte del sector energético a las divisas del país mejorará la competitividad externa y fortalecerá la estabilidad macroeconómica».
Además, la mayor disponibilidad de divisas permitirá al país afrontar compromisos externos y reducir la presión sobre el tipo de cambio, lo que podría contribuir a una mayor estabilidad financiera.