Gobierno convocatoria diálogo oposición. Entre insultos a la oposición y poco antes de que Santiago Caputo increpara a Facundo Manes en un pasillo de la Cámara de Diputados, Javier Milei le dijo el sábado a la Asamblea Legislativa que esperaba respaldo de parte de la oposición para los cuatro grandes proyectos que buscará impulsar este año. Y, en especial, para el -aún incierto- acuerdo con el FMI. Pero en la Casa Rosada y en los bloques libertarios del Congreso deslizan que por ahora no hay lugar para un acercamiento formal y sólo iniciarán diálogos por lo bajo.
El momento no es adecuado, admiten, después de un fin de semana de carnaval agitado por las declaraciones de Milei y las actuaciones de “las fuerzas del Cielo”, la agrupación militante que defiende al Presidente a capa y espada pero con métodos cuestionados.
Además, con el titular de PRO, Mauricio Macri, la relación sigue tensa después de los cruces a partir de las acusaciones sobre la hidrovía de parte del titular de la AGN, que según el jefe partidario responde a su enemigo en el mileismo, Santiago Caputo. Además, los amarillos desde su Fundación Pensar criticaron la política exterior de Milei, ayer por la tarde. “Sería deseable generar puentes en lugar de grietas”, deslizaron.
Está muy caliente, también, la discusión con la UCR crítica, encabezada de hecho, momentáneamente, por el diputado Facundo Manes, que pasó de ocupar un lugar relativamente secundario en la discusión política a la primera plana gracias al ataque del asesor presidencial.
Los diálogos, sin embargo, empezarán a gestarse por lo bajo para preparar el terreno para eventuales acuerdos, auguran en el ala política. “Hablar vamos a hablar, lo otro es puertas afuera”, explicó un referente libertario. La dinámica contradictoria del Presidente en 2024 parece volver a repetirse. Milei dispara con artillería pesada desde el discurso. Pero luego, a fuerza de algunas erogaciones puntuales, concesiones, presiones, termina reuniendo a gobernadores y diputados y senadores “dialoguistas”. Guillermo Francos y Martín Menem serán los encargados por excelencia.
En el Gobierno auguran un Congreso muy difícil en el año electoral, pero la apuesta obligada de mínima es resolver el tema de la deuda. Cerca del Presidente están tranquilos: creen que a los partidos no kirchneristas no les quedará otra alternativa que acompañar el acuerdo con el FMI que el Presidente anunció en la apertura de sesiones ordinarias. Sino, alegarán, estarán atentando contra la “gobernabilidad”.
El momento para un acercamiento a la oposición está atado, también, al resultado de las deliberaciones de la Corte Suprema. Mañana los cuatro jueces del máximo tribunal analizarán la solicitud de Ariel Lijo, juez federal que pidió licencia sin goce de sueldo hasta el 30 de noviembre, luego de ser nombrado por decreto en comisión por el Presidente la semana pasada.
Entretanto, su pliego seguirá bajo tratamiento en el Senado, donde la mayoría está en manos del bloque de Unión por la Patria. En la cúpula del Gobierno creen que los diputados y senadores del bloque kirchnerista no asistieron a la Asamblea, en realidad, para evitar cuestionar a Lijo. Interpretaron su ausencia como una señal favorable a las intenciones de designar al magistrado en el máximo tribunal, a pesar de que en público se muestren muy reacios.