El 12 de junio de 2025 quedó marcado por una tragedia en la aviación internacional tras el desplome de un Boeing 787-8 Dreamliner de Air India, con 242 personas a bordo, minutos después de despegar desde la ciudad de Ahmedabad con destino a Londres-Gatwick.
Según los reportes oficiales, fallecieron más 240 personas, convirtiendo este hecho en uno de los accidentes aéreos más mortales en la historia reciente del país. Entre las víctimas se encontraban 217 adultos y 11 niños, además de 13 tripulantes. Tal como mencionó National Geographic, el avión impactó en la zona residencial de Meghani Nagar, alcanzando un albergue perteneciente al B.J. Medical College, lo que provocó heridos en tierra y complicó las tareas de rescate. Detalló Infobae.
Un único sobreviviente
A pesar del altísimo número de víctimas, las autoridades confirmaron la existencia de un solo sobreviviente: Vishwash Kumar Ramesh, un ciudadano británico de origen indio de 40 años que ocupaba el asiento 11A, junto a una salida de emergencia.
Fue rescatado con vida entre los restos del avión y trasladado al hospital con lesiones en el pecho, ojos y pies. Se encuentra estable y consciente, y su testimonio podría ser clave para la reconstrucción de los hechos.
El avión, el primer paso en el análisis
El Boeing 787-8 Dreamliner era considerado hasta la fecha un modelo con un historial intachable en términos de seguridad. Había transportado recientemente a mil millones de pasajeros y acumulado casi cinco millones de vuelos sin accidentes fatales similares.
Su eficiencia y confiabilidad lo posicionaron como una de las aeronaves predilectas entre las aerolíneas internacionales. Como informó Jonathan Josephs, reportero de la BBC, “es la primera vez que un Boeing 787 sufre un accidente como este”.
Según Reuters y los análisis expuestos en Air Crash Investigation, la fase de despegue es una de las más críticas en la operación aérea, aunque los accidentes en ese momento son extremadamente raros. Esta rareza incrementa las sospechas sobre una posible combinación de fallas.
Actualmente, los investigadores priorizan la revisión del sistema de flaps-permite que el avión vuele a menor velocidad sin perder estabilidad-, la posición del tren de aterrizaje, el estado de los controles de cabina y las grabaciones de comunicación con la torre de control.
Las hipótesis incluyen un error humano, fallas mecánicas, condiciones ambientales adversas, o una combinación de estos factores. La recolección de datos de los sistemas internos del avión será clave para reconstruir la secuencia de eventos, donde cada componente debe funcionar con precisión absoluta.
El entorno: otro punto bajo la lupa
También se analiza el contexto ambiental del accidente: condiciones meteorológicas, densidad del tráfico aéreo, obstáculos en pista y protocolos locales de despegue. El impacto en una zona urbana no solo elevó la cantidad de víctimas, sino que también dificultó las tareas de rescate.
El rol del combustible en la tragedia
Otro elemento crítico fue la carga de combustible. El avión, apenas comenzando un vuelo intercontinental, llevaba cerca de 130 toneladas de combustible, lo que provocó una explosión masiva al momento del impacto. Este factor agravó los daños tanto en la aeronave como en las edificaciones alcanzadas.
Falla humana: ¿un factor determinante?
Aunque los aspectos técnicos son el foco inicial, no se descarta la posibilidad de fallas humanas. Si bien el modelo 787 nunca había protagonizado una tragedia de esta magnitud, la empresa Boeing aún carga con el historial negativo del 737 Max, lo que ha reavivado el debate sobre capacitaciones, protocolos de operación y controles de mantenimiento.
Expertos coinciden en que se trata de un accidente de dimensión “técnica, pero también humana”, lo que exige examinar múltiples niveles: diseño de la aeronave, procedimientos de despegue, experiencia de la tripulación y condiciones aeroportuarias en el momento del accidente.
Avances preliminares de la investigación oficial de la tragedia
La Dirección General de Aviación Civil de India (DGCA), en conjunto con Boeing y organismos internacionales como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), inició el análisis de las cajas negras: la grabadora de voz de cabina (CVR) y el registrador de datos de vuelo (FDR).
Ambos dispositivos fueron recuperados en condiciones óptimas para su análisis, que se lleva a cabo tanto en Nueva Delhi como en Estados Unidos.
Dada la nacionalidad del sobreviviente y de varias víctimas, también se integró a la investigación la Air Accidents Investigation Branch (AAIB) del Reino Unido y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de EE.UU., con el objetivo de garantizar la transparencia del proceso y acelerar los resultados.
Repercusiones en la industria y medidas inmediatas tras la tragedia
Tras el accidente, varias aerolíneas de Asia y Europa han iniciado inspecciones preventivas de sus flotas de Boeing 787, pese a que no se han identificado fallas estructurales sistemáticas. Estas acciones buscan evitar cualquier problema potencial y responder a la inquietud pública
En tanto, Air India suspendió temporalmente sus vuelos con este modelo en rutas de larga distancia, y activó sus protocolos de emergencia para asistir a las familias de las víctimas: traslados, apoyo psicológico, asistencia consular y recuperación de cuerpos.
La aerolínea afirmó que “cooperará plenamente con las autoridades para esclarecer lo ocurrido y reforzar la seguridad operacional”.