A menos de tres meses de haberle marcado un gol decisivo a Boca en el Mundial de Clubes, Ángel Di María se prepara para enfrentar nuevamente al Xeneize, ahora con la camiseta de Rosario Central.
Reviví el momento que generó polémica y su gesto con la hinchada rival.
El Gol que Frenó las Ilusiones de Boca en el Mundial de Clubes
Fue en el debut del Mundial de Clubes en Miami, un partido que Boca dominaba 2-0 con goles de Edinson Cavani y Luca Langoni. A los 44 minutos del segundo tiempo, Ángel Di María cobró un tiro de esquina que terminó en penal tras una falta sobre Nicolás Otamendi. Con la frialdad que lo caracteriza, el «Fideo» convirtió desde los doce pasos, clavando la pelota en el palo derecho de Agustín Marchesín. Este gol, que acortó la diferencia y le dio vida al Benfica, fue crucial para que el partido terminara 2-2 y las Águilas avanzaran en la competencia, dejando fuera al equipo de Miguel Ángel Russo.
El Festejo que Generó Confusión y su Aclaración
Tras anotar, Di María realizó un gesto que inmediatamente se viralizó y generó interpretaciones encontradas. En lugar de una celebración efusiva, levantó la mano hacia la tribuna e hizo su característico símbolo del corazón. Rápidamente, surgió la teoría en redes sociales de que le estaba «pidiendo disculpas» a la hinchada de Boca. Consultado al respecto, el campeón del mundo fue claro: «No, saludé a mi familia que estaba ahí arriba, pero bueno, todo el mundo está diciendo que pedí disculpas», desmintiendo así cualquier gesto de disculpa hacia el club de La Ribera.
El Reconocimiento a la Hinchada Xeneize que lo Conmovió
Más allá de la polémica, el momento más emotivo de esa noche para Di María ocurrió después del partido. El jugador recibió una ovación de los hinchas de Boca que llenaban el estadio, un gesto que lo conmovió profundamente. «Es muy lijo tener la ovación de otros hinchas que no sean los de Central. Estoy usando otra camiseta en este momento, pero ellos (los hinchas) igualmente me lo demostraron y estoy agradecido», declaró a la prensa. Este domingo, en el Gigante de Arroyito, el contexto será radicalmente diferente: llevará la camiseta de su amado Central y buscará amargar a un Boca que viene de racha.
El cruce promete fuego, talento y la magia de un jugador que, aun en la despedida, sigue teniendo hambre de gloria. Información extraída del medio TyC.




