El equilibrio entre desarrollo y cuidado del entorno en la cuenca neuquina.
Vaca Muerta se ha consolidado como uno de los yacimientos de hidrocarburos más importantes de Argentina y un motor clave para la economía nacional. Con una extracción que superó los 800.000 barriles diarios en agosto de 2025, la producción representa casi la totalidad de las regalías hidrocarburíferas de la provincia de Neuquén.
Impactos positivos: crecimiento y generación de empleo
La explotación de Vaca Muerta ha producido un incremento notable en los ingresos de la provincia, con un aumento de las regalías de más del 200% en los últimos 20 años. Además, la instalación de infraestructura, como oleoductos y plantas de GNL, fortalece la posición de Argentina como exportador energético global.
Los desafíos ambientales detrás del crecimiento
El desarrollo de la cuenca también trae consigo riesgos significativos. El manejo inadecuado de pozos y residuos ha generado contaminación de acuíferos y suelos en varias áreas, afectando a comunidades cercanas como la Mapuche Kaxipayiñ. Los pasivos ambientales acumulados podrían tener consecuencias duraderas si no se adoptan medidas correctivas inmediatas.
Experiencias internacionales y lecciones para Argentina
Otros países, como Estados Unidos, han implementado prácticas para reducir el impacto ambiental del fracking, incluyendo la reutilización del agua de pozos y un control más riguroso de residuos peligrosos. Estas estrategias podrían servir de modelo para la regulación de Vaca Muerta, evitando daños ambientales irreversibles y mejorando la sostenibilidad del proyecto.
Recomendaciones para un desarrollo sostenible
Es fundamental que el Estado establezca normativas estrictas que obliguen a las empresas a gestionar residuos, cerrar pozos de manera segura y compensar a las comunidades afectadas. A su vez, invertir en energías renovables y tecnologías de mitigación ambiental puede equilibrar los beneficios económicos con la protección del medio ambiente.
Vaca Muerta ofrece una oportunidad histórica para el desarrollo económico argentino, pero sin medidas ambientales adecuadas, el crecimiento podría transformarse en un problema de largo plazo. El desafío es aprovechar el potencial económico sin comprometer la sustentabilidad ni la calidad de vida de las comunidades cercanas,según perfil.com.