En medio de un clima de creciente tensión con Washington, el dictador Nicolás Maduro anunció la activación de todas las unidades militares del país, consolidando la culminación del Plan de Defensa Nacional en Venezuela.
La medida fue presentada como parte de la Operación Independencia 200, que el régimen chavista impulsa como respuesta directa al reciente despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe.
Durante una transmisión en Telegram, Maduro informó que todas las Zonas de Defensa Integral (ZODI) del país ya se encuentran activas, abarcando desde las regiones llaneras como Barinas, Portuguesa, Cojedes y Guárico hasta las áreas andinas y costeras.
El mandatario destacó la “perfecta unión nacional” y la participación de 6,2 millones de ciudadanos integrados en la Milicia Bolivariana, incorporados al sistema de defensa.
“Hoy completamos todas las Zonas de Defensa Integral del país, todos los estados, todas las entidades federales ya listas en las 27 tareas fundamentales de la defensa integral de Venezuela”, afirmó Maduro.
Según informó Infobae, el plan incluye a uniformados, fuerzas policiales y milicianos civiles, en lo que el régimen denomina una estrategia de “fusión cívico-militar-policial”.
La Operación Independencia 200 y la respuesta a Washington
La Operación Independencia 200, anunciada en septiembre, se extendió progresivamente a más de una decena de regiones, incluyendo zonas fronterizas con Colombia y Brasil, y la isla de Nueva Esparta en el Caribe. Un día antes del anuncio, el régimen activó el dispositivo en los estados Mérida, Trujillo, Lara y Yaracuy, alcanzando así una cobertura nacional total.
El contexto del despliegue venezolano está marcado por una mayor presencia militar estadounidense en el Caribe, donde, según el gobierno de Trump, se intensifican los operativos contra el narcotráfico. Desde septiembre, Estados Unidos habría realizado seis operativos marítimos en aguas cercanas a Venezuela, con un saldo de 27 muertos y dos sobrevivientes, en lo que se enmarca como un “conflicto armado no internacional” contra organizaciones narcoterroristas.
El despliegue norteamericano incluye destructores con misiles guiados, aviones F-35, un submarino nuclear, bombarderos B-52 y unos 10.000 soldados. Apenas 72 horas antes del anuncio de Maduro, bombarderos estadounidenses sobrevolaron a unos 240 kilómetros de la costa venezolana, lo que generó un clima de alerta en Caracas.
Cruces diplomáticos y acusaciones cruzadas
Maduro aseguró que el alto mando político y militar venezolano está “más unido que nunca” y rechazó cualquier relación de su gobierno con redes del narcotráfico. Por su parte, Donald Trump declaró desde la Casa Blanca que Maduro habría intentado ofrecer “todo” para evitar un conflicto.
“Él me ha ofrecido de todo. ¿Saben por qué? Porque no quiere meterse con Estados Unidos”, dijo Trump.
Según The New York Times, entre las supuestas ofertas del mandatario venezolano figuran proyectos petroleros y mineros para empresas estadounidenses, así como el fin de acuerdos con China, Irán y Rusia.
Sin embargo, el Miami Herald informó que Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez niegan haber propuesto un gobierno de transición sin Maduro, desmintiendo versiones sobre negociaciones secretas.
Escalada geopolítica y decreto de emergencia
En paralelo, Trump autorizó a la CIA a ejecutar operaciones encubiertas en territorio venezolano, con el argumento de combatir el narcotráfico y controlar la migración. El presidente norteamericano sostuvo que “mucha de la droga venezolana entra por mar” y que su gobierno “vigila tanto el espacio marítimo como terrestre”.
“Venezuela está sintiendo presión (…) Nos hemos encargado del mar. No hay nadie. Estamos vigilando”, enfatizó Trump.
Ante la creciente tensión, Maduro firmó un decreto de conmoción externa, que habilita declarar una emergencia nacional en caso de una eventual agresión extranjera. El régimen considera esta medida una “respuesta legítima” a las acciones de Estados Unidos, mientras refuerza su aparato militar y civil bajo el discurso de “defensa integral”.