El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su gobierno impondrá aranceles del 100% a todos los productos procedentes de China a partir del 1 de noviembre.
En respuesta a las nuevas medidas de control de exportaciones tecnológicas impuestas por Pekín. El anuncio reaviva las tensiones entre las dos mayores economías del mundo y provoca incertidumbre en los mercados financieros internacionales.
Washington endurece su postura contra Pekín
El mandatario estadounidense justificó la decisión al acusar a China de mantener una actitud “extremadamente hostil” en materia comercial. Según Trump, el gigante asiático busca aplicar restricciones a la exportación de tierras raras y otros productos estratégicos, lo que —según dijo— “afectará a todos los países, incluso con bienes que ni siquiera fabrica”.
El presidente aseguró que las nuevas tarifas entrarán en vigor el 1 de noviembre, o antes, y que su administración también impondrá controles a los softwares chinos. Con esta medida, Washington busca frenar el avance tecnológico del país asiático y proteger a las empresas estadounidenses.
Fuerte reacción de los mercados
El anuncio tuvo un impacto inmediato en Wall Street. Los principales índices bursátiles —Dow Jones, S&P 500 y Nasdaq— registraron caídas superiores al 3%, reflejando la preocupación de los inversores ante una posible escalada de la guerra comercial.
La tensión entre ambas potencias había disminuido parcialmente luego de un acuerdo preliminar alcanzado en septiembre, cuando Trump y Xi Jinping dialogaron sobre la continuidad de TikTok en Estados Unidos. Sin embargo, el nuevo anuncio del republicano pone en duda la reunión prevista entre ambos líderes durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en Corea del Sur.
Un nuevo capítulo en la rivalidad global
Los analistas advierten que la decisión podría reconfigurar las relaciones comerciales internacionales, especialmente si otros países adoptan medidas de represalia. China, por su parte, aún no ha emitido una respuesta oficial, pero se espera que Pekín actúe con cautela para evitar un mayor deterioro de las relaciones diplomáticas.
Según DW , el endurecimiento de las políticas comerciales estadounidenses refleja el mayor distanciamiento entre Washington y Pekín desde que ambas partes acordaron una tregua arancelaria meses atrás.
Con esta nueva medida, la administración Trump apuesta por reforzar su imagen de firmeza ante China, en un contexto global marcado por tensiones económicas, tecnológicas y geopolíticas.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China parece entrar en una nueva fase. Mientras las potencias más grandes del planeta vuelven a enfrentarse en el terreno económico, el mundo observa con preocupación las consecuencias que estas políticas puedan tener sobre la estabilidad global.