Bagdad amaneció con la noticia que muchos anticipaban: la coalición del primer ministro saliente, Mohamed Shia al Sudani, se perfila como la gran vencedora de las elecciones parlamentarias celebradas este martes.
Según los resultados preliminares, su lista aventaja con holgura a sus rivales más directos, lo que le permitiría encabezar las complejas negociaciones para formar el próximo gobierno.
Una Victoria Decisiva en Cifras
De acuerdo con la información oficial de la Comisión Electoral Independiente, la coalición «Reconstrucción y Desarrollo» del primer ministro Al Sudani obtuvo aproximadamente 1,3 millones de votos, situándose en la primera posición. La ventaja es contundente: supera por más de 217.500 sufragios a la siguiente formación más votada. El propio Al Sudani utilizó su cuenta de X (antes Twitter) para proclamar el triunfo, expresando «su profundo agradecimiento al pueblo iraquí por su apoyo» y calificando el resultado como una victoria para todos los ciudadanos.
Celebraciones y un Contexto de Estabilidad Relativa
La alegría estalló entre sus seguidores, quienes se congregaron en la emblemática Plaza Tahrir de Bagdad para celebrar con fuegos artificiales y música, en un ambiente de júbilo que contrasta con la turbulenta historia reciente del país. Estos comicios se realizaron en un periodo inusualmente estable para Irak, que intenta dejar atrás décadas de conflicto. Sin embargo, el país aún enfrenta enormes desafíos, como una infraestructura deficiente, servicios públicos precarios y una corrupción endémica que frena su desarrollo.
El Camino por Delante: La Búsqueda de Alianzas
Aunque la victoria en votos es clara, el verdadero desafío comienza ahora. Según fuentes cercanas a su equipo, citadas por la agencia DW, se estima que su bloque podría obtener alrededor de 50 de los 329 escaños del Parlamento. Al no alcanzar la mayoría absoluta, se inicia una fase de intensas negociaciones que podría extenderse por meses para formar una coalición de gobierno capaz de elegir al próximo primer ministro. Esta tarea se complica por la delicada balanza diplomática que Irak debe mantener entre potencias rivales como Irán y Estados Unidos, en una región convulsa.
Un dato destacado fue la participación, que alcanzó el 55%, superando el 41% registrado en 2021 y desmintiendo los temores de un boicot masivo. Ahora, la mirada está puesta en las alianzas que Al Sudani podrá tejer para asegurar su continuidad al frente del ejecutivo.




