El papa León XIV realizó este lunes una fuerte advertencia sobre los estragos sociales causados por los juegos de apuestas, a los que calificó como una «plaga» que está arruinando a «tantas familias».
La declaración la realizó durante una audiencia en el Vaticano con representantes de la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI), según Deutsche Welle (DW). El pontífice estadounidense citó estudios que registran un «fuerte aumento» de este fenómeno en los últimos años, describiéndolo como un grave problema que atañe a la educación, la salud mental y la confianza social.
Un llamado a las autoridades para enfrentar la «soledad» y sus formas
En su discurso ante los alcaldes y alcaldesas de Italia, León XIV vinculó el problema de los juegos de azar con otras formas de malestar social que aquejan a las ciudades modernas, como la violencia, el abandono social y la profunda soledad. “Lamentablemente nuestras ciudades conocen formas de marginalidad, violencia y soledad que exigen ser afrontadas”, dijo el Papa.
En este contexto, presentó a las apuestas como una de las manifestaciones más destructivas de este fenómeno, instando a las administraciones públicas a combatirla. “Quisiera indicar en particular la plaga de los juegos de azar”, afirmó el pontífice, subrayando la urgencia de la intervención pública frente a este flagelo.
La política y la construcción de una comunidad esperanzada
Más allá de la crítica, el mensaje de León XIV fue un llamado a la acción constructiva. Recordando las palabras del sacerdote y activista Don Primo Mazzolari, sostuvo que una comunidad no solo necesita «alcantarillas, casas y carreteras», sino también «una manera de sentirse, de vivir y de mirarse unos a otros como hermanos». Para el Papa, el rol de la política es fundamental para tejer relaciones humanas auténticas y promover la paz social.
En esta línea, enfatizó que la verdadera democracia y la cohesión social se fortalecen cuando se prioriza la escucha de los más débiles y pobres. “Sin ese compromiso la democracia se atrofia”, advirtió, parafraseando un concepto del papa Francisco. Finalmente, los instó a tener «el coraje de ofrecer esperanza a la gente», proyectando juntos un mejor futuro para sus comunidades, superando desafíos como la crisis demográfica, la contaminación y la soledad de los ancianos.




