La participación de la vicepresidenta taiwanesa Hsiao Bi-khim en el Parlamento Europeo desató una dura respuesta diplomática de Pekín, que calificó el hecho como una “grave injerencia” en sus asuntos internos.
La misión diplomática de China ante la Unión Europea expresó su “fuerte indignación” tras el discurso que la vicepresidenta de Taiwán, Hsiao Bi-khim, brindó el viernes en el Parlamento Europeo. Según el comunicado oficial difundido en la web de la embajada, la decisión de permitir su intervención “ignora la firme oposición y las quejas solemnes de China”.
Pekín sostuvo que la presencia de Hsiao y de otros líderes del movimiento independentista taiwanés constituye “una interferencia grave en los asuntos internos de China” y “menoscaba la confianza política mutua entre China y la UE”. La legación diplomática reiteró que la cuestión de Taiwán representa “una línea roja que no debe ser cruzada”.
Advertencia a la Unión Europea
En su declaración, el Gobierno chino pidió formalmente a la Unión Europea “que deje de apoyar y tolerar actividades independentistas taiwanesas” y que no envíe “señales equivocadas a las fuerzas separatistas”. También instó a Bruselas a adoptar “medidas concretas para aliviar el impacto negativo” de este episodio y a “respetar los intereses clave de China”.
La información fue publicada originalmente por DW y refleja el incremento de la tensión diplomática entre China y Europa en torno a la cuestión de Taiwán.
Una intervención inédita en el Parlamento Europeo
Hsiao Bi-khim, junto al ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán, Lin Chia-lung, participó en la sesión anual de la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC). Este grupo internacional de legisladores nació en 2020 con la meta de impulsar medidas que limiten la creciente influencia política y económica de Pekín.
El discurso de Hsiao marcó un hecho histórico: por primera vez, un alto representante de Taiwán habló ante un parlamento de un país sin vínculos diplomáticos oficiales con la isla.
Durante su intervención, la vicepresidenta pidió una mayor participación de Taiwán en los organismos internacionales y subrayó que la estabilidad en el estrecho de Formosa “no es solo un asunto regional, sino una piedra angular de la prosperidad global”. También denunció la “presión militar cada vez más intensa” que China ejerce sobre la isla.
Taiwán y la creciente presión de Pekín
Desde la llegada al poder de Xi Jinping en 2012, el Gobierno chino ha reforzado su estrategia de presión sobre Taiwán, tanto en el plano diplomático como militar. Pekín considera a la isla una “parte inalienable” de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr la “reunificación”.
En contrapartida, el Gobierno taiwanés —liderado desde 2016 por el Partido Democrático Progresista (PDP), de tendencia soberanista— insiste en que la isla ya es “de facto” un Estado independiente y que su destino debe ser decidido únicamente por sus 23 millones de ciudadanos.
Las maniobras militares chinas en las cercanías de la isla, cada vez más frecuentes, y la pérdida de aliados diplomáticos de Taipéi en favor de Pekín reflejan el endurecimiento de la política china frente a Taiwán.
El discurso de Hsiao Bi-khim en la Eurocámara ha tensado aún más las relaciones entre China y la Unión Europea. Mientras Pekín reafirma su línea roja sobre Taiwán, Europa enfrenta un nuevo desafío diplomático que podría redefinir su postura frente al gigante asiático y su política de “una sola China”.




